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DE BANGUI
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CIENCIAS
HUMANAS
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DEPARTAMENTO DE
ESPAÑOL
N° 03
El incesto en las obras narrativas de
Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Arturo Azuela y varios
Dr
PANGUERE Jean – Michel
Boletín
informativo del departamento de español
El incesto en las obras narrativas de
Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Arturo Azuela y varios
Dr. PANGUERE JEAN
- Michel
Universidad de
BANGUI - RCA
Introducción
Al haber leído y estudiado
con delectación durante muchos años las obras de la nueva narrativa
hispanoamericana contemporánea, mi atención fue atraída por la manera recurrente en que el incesto se
encuentra en las obras premiadas de algunos autores prestigiosos
latinoamericanos que hemos citado en el titulo de esta publicación. Eso nos empujó
a hacer un trabajo de investigaciones y de críticas literarias en una muestra
de novelas muy leídas y traducidas en muchos idiomas en el mundo de ciertos
autores latinoamericanos. Nos daremos cuentas que la descripción frecuente de
este lazo consanguíneo en obras narrativas de países diferentes, confirma el
carácter universal del incesto y lo que nos interesa es cómo estos autores de
nacionalidades diversas lo tratan en sus novelas. Pero, antes de adentrarnos en
el estudio, pensamos que es indispensable dar una definición clara de esta
relación sexual condenada por la mayoría
de las sociedades a través el mundo entero.
El incesto_ del latín incestus, es decir “Incasto” “no
casto”_ es la práctica de relaciones sexuales entre individuos muy próximas por
consanguinidad _ parentesco, biológico o
consanguíneo_. Se califican como
incestuosas, en todas las culturas, a las relaciones sexuales entre hermanos, entre madres o
padres y sus hijos, entre abuelos y nietos, y así todos ancestros consanguíneos
con sus descendientes.
También, aunque la consanguinidad es menos, en
muchas culturas, se consideran incestuosas las relaciones sexuales entre tíos y
sobrinos y entre primos consanguíneos.[1]
Al tener en cuenta esta definición
liminar pero importante para nuestro trabajo de investigaciones, trataremos de
poner de realce todos los casos que presentan similitudes con la precedente citación
y que encontraremos en ciertas obras narrativas de autores latinoamericanos
prestigiosos que forman parte de la nueva narrativa hispanoamericana.
Incesto (hijo e hija) e Ignorancia
En
el Tamaño del infierno[2],
el autor nos aprende que el incesto puede ser fruto de desconocimiento porque
el protagonista de la novela Jesús que
ha huido de su comarca donde ha sido injustamente acusado por los aldeanos de
haber voluntariamente cometido un incesto y de haber asesinado al hermano de
Regina que en el hecho era la hija natural de su padre. La falta de
comunicación por parte del padre de Jesús tiene como consecuencia el
cumplimiento de esta relación carnal abominable que la sociedad suele calificar
de incesto.
Aquella mujer no e guardara rencor, quizá sepa que
es jija de tu padre. Imagínatela de cuerpo entero, rascando como tu sus propios
arrepentimientos, pensando en tus ultimas huellas, en esa sepultura que crecerá
día tras día como los vientos de
febrero. Acaso ella te perdone la muerte de su hermano, ella lo vio todo,, tu
no quisiste matarlo ni aun en las peores circunstancias, por ningún motivo
clavaste aquel puñal para mandarlo al cementerio. Ella bien que te quería y
estaba dispuesta a seguirte hasta el quinto infierno si hubiera sido necesario.[3]
El
comportamiento severo y la falta de comunicación del padre a nivel de su
familia, ocasionan la realización del temido incesto, ya que si hubiera hablado
con su hijo de su hija secreta, este acto reprehensible no hubiera sido
posible. La responsabilidad del padre es enteramente comprometida porque es
responsable de la desgracia que cae sobre sus progenituras que ven sus destinos
profundamente trastornados. Este delito condenado por la Iglesia va a servir de
motor para conducir el relato a través de la huida de Jesús, vuelto una
leyenda, el sufrimiento y los arrepentimientos de ciertos personajes.
El aliento de Regina camina por sus hombros y Jesús
quisiera regresar al lugar donde nació, pero sabe que es imposible, que los
bandoleros andan perseguidos por todos los puntos de la brújula, aunque entre
ellos se sepan ayudar mejor que nadie.
¡Qué persecución ni qué demonios!, si lo que a ti te pasa es algo muy distinto,
tú sabes bien que no podrías cruzar una sola palabra con tu padre, ni menos
estar cerca de aquella mujer, de aquellas ceja pobladas parecidos a las tuyas.
Eso sí que no tiene perdón de Dios; para
tales menesteres no hay salvación posible.[4]
El
remordimiento aunque tardío de un narrador anónimo de la novela conforta la
inocencia de Jesús. Su padre, al querer esconder la existencia de su hija
bastarda había escondido la noticia a su familia. Era su secreto. Quizás quería protegerla o evitar un escándalo en su hogar
pero a final el resultado va ser este drama enorme, el sufrimiento sicológico
de muchos personajes que se encuentran al borde de la locura y pena. el padre de Jesús alía con la gente para condenar
su hijo y echarlo en pasto a la vindicta popular, aun si sabe en su conciencia
que su hijo es limpio de toda culpabilidad.
Lo reconozco fue una trampa que me tendió la vida y
que yo mismo no pude deshacer y que jamás imaginé sus consecuencias. Mi
obligación era revelarte el secreto, fuera donde fuera, aun en la cárcel o en
el camino al paredón. Tú deberás entender, Jesús, a lo largo de los años, que
yo no puedo ser culpable. Ya de por si tú traías esa maldad y esa ponzoña en
todas tus acciones, como pa que yo, tu mismo padre resultara el delincuente.
Si, yo sé muy bien por qué no has regreso y quizá por qué no regresarás nunca.
Te tenía que confesar lo que tantos años oculté, tenías conocer toda la verdad,
aunque fueran las últimas palabras que te dijera en la vida. Entiéndelo de una
vez por todas, tenia que revelarte aquel secreto...[5]
La
intriga de la novela, lo va a darnos un narrador anónimo, al principio de la
novela dentro de una narración en que nos aprende que se trata de dos amantes
apasionados que van a encontrarse durante una cita, pero el hermano de la moza
organizó una trampa con sus amigos para impedir el encuentro amoroso con el
propósito de salvar el honor de su familia. Desgraciadamente va a fallecer de
una puñalada. Jesús no hacia más que
defenderse y tratar proteger la integridad corporal de su novia.
(…) Las sombras de aquellos pasos extraños se
interponen en la esquina; una de ellas la coge por sorpresa, la mujer se queda
sin aliento y con un llanto seco, como envuelta
en un costal y amarrada con brazos de hombre. Alcanza a dar un grito que
se apaga cuando Jesús forcejea y suelta los puños al aire con otros dos
individuos; los golpes van y vienen, salen los puñales y, de repente, los tajos
en las mejillas y en los hombros. Ventanas y puertas empiezan a abrirse,
mientras Jesús saca el puñal empapado de una hendedura que se fue más allá del
fondo del pecho. Es su hermano, es el hermano de ella, suenan varios disparos
de la ronda de guardias y Jesús no sale de su asombro. Se queda quieto y ella
con los alaridos en la frente y en los ojos. No hay nada que hacer, el hermano
está muerto y la suerte se ha roto por
esta oscuridad…[6]
Incesto y Religión
De verdad, uno no puede
asombrarse delante de la firmeza y la rigidez de la postura de la Iglesia frente a esta
forma de desviación sexual, ya que en los diez mandamientos, la Iglesia fijo una primera
lista de prohibición por una parte y por otra vez en los siete pecados
capitales determina efectivamente la
lujuria, pero el publico lector está interpelado por una frase importante
formulado por un personaje de la novela que plantea el problema de la existencia de los hombres en la tierra
en estos términos “Ya aprenderán algún
día, desdichado, que nadie se escapa de los siete pecados capitales”.
Si
entendemos bien esa frase, este personaje quizás quiere pretender que el
Hombre no es maestro de su destino en la
tierra, a pesar de su inteligencia, que es programado por Dios para sucumbir a uno o a todos los
siete pecados capitales. Entonces Jesús es el ejemplo puesto de realce, ya que
mato a alguien y cometió involuntariamente un acto prohibido por la moral y
sobretodo por la Iglesia ,
es decir un incesto. A pesar de su ignorancia e inocencia, el juicio de la Iglesia es implacable,
Tú no puedes ser el culpable, no puedes pagar las
consecuencias de pecados ajenos; ésta es una trampa que tú jamás pudiste
imaginar. Y ahora pagarás las consecuencias; sufrir la prisión, limpiar la sangre con la con la yema de los dedos y jódete, que ya todo
el pueblo te tiene metido entre ceja y ceja, en el castigo sin perdón, en la
muerte que te merecías.[7]
¿El
hombre es un títere manipulado por el creador celestre? Decimos que la justicia
de los hombres, muy a menudo es clemente e comparación con la de la Iglesia que es inamovible. Frente a este acto
reprehensible y condenado por la sociedad, la postura de la Iglesia es implacable y
sin complacencia. Un narrador de la novela va a presentar la posición de la Iglesia en esos términos.
El aliento de la Regina camina por sus hombros y Jesús quisiera
regresar al lugar donde nació, pero sabe que es imposible (…) ¡Qué persecución
ni qué demonios!, si lo que a ti te pasa es algo muy distinto, tú sabes bien
que no podrías cruzar una sola palabra con tu padre, ni mucho menos estar cerca
de aquella mujer, de aquellas cejas pobladas parecidas a las tuyas. Eso sí que
no tiene perdón de Dios; para tales menesteres no hay salvación posible.[8]
Estamos asombrados por una visión
específica del incesto que un personaje narrador nos relata en un soliloquio.
Este narrador nos confirma con aplomo, en algunas palabras que se autoriza el
incesto en la religión cristiana bajo cierta condición particular y muy
precisa. Sólo los deficientes mentales, es decir los locos tienen el permiso de
transgresar esa prohibición universal.
Le diré con franqueza: todos la conocemos como la
mujer de Jesús aunque nadie sabe si el señor su tío le rozo los pezones. Lo
demás usted ya lo sabe, esas relaciones carnales no están hechas por Dios, en
este valle solo los locos se les permiten semejantes culpas. Entre los animales
se cruzan hermanas
con hermanos y dudo que un huizache cimarrón y un huizache chaparro, cuando se
juntan, a lo mejor den un huizache con un perfume que abone las grietas de la
tierra. Pero entre nosotros eso es un pecado infernal, es un
arrejuntamiento del que sale tierra estéril, semillas podridas que ni siquiera
el viento se puede llevar.[9]
Con un humor cáustico,
Gabriel García Márquez no deja entender en su novela Cien años de soledad que los representantes de la Iglesia pueden mostrarse
débil delante personajes anticonformistas del tamaño de Gargantua y Pantagruel
que inspiran el terror. En efecto después de haber cometido un incesto con su
hermana menor Rebeca Buendía, José Acárido va a pedir al padre Nicanor de
casarles en su iglesia. Frente al gigantismo de su interlocutor dotado de una
fuerza descomunal, éste va a negar la filiación de la pareja incestuosa afín de
organizar la ceremonia religiosa demostrando la debilidad de los hombres de
Iglesia como todos los seres humanos.
El padre Nicanor reveló en el sermón del domingo que
José Arcadio y Rebeca no eran hermanos. Ursula no perdonó nunca lo que
consideró como una inconcebible falta de respeto y cuando regresaron de la
iglesia prohibió a los recién casados que volvieran a pisar la casa. Para ella
era como si hubieran muerto.[10]
Al
contrario de su madre Ursula Iguarán que es una madre conservadora, piadosa y fiel a la traición, José Arcadio con su físico
temible de gigante, el cuerpo lleno de tatuajes y que hace temblar la tierra
como un terremoto, al igual que los personajes del escritor francés François Rabelais[11], “Pantagruel y Gargantua”, cuando anda en la calle, no respecta la moral, las dogmas de la
religión y las leyes. No lo esconde y lo afirma a quién tiene la desgracia de
oponerse a su decisión.
Cuando quedaron solos en el salón atiborrado de
instrumentos músicos y juguetes de
cuerda, Pietro Crespi dijo.
-
Es su hermana
-
No me importa -
replicó José Arcadio.
Pietro Crespi se enjugó la frente con el pañuelo impregnado de
espliego.
-
Es contra natura – explicó – y, además, la ley lo prohíbe.
José Arcadio se impacientó no tanto con la argumentación como con la
palidez de Pietro Crespi.
- Me cago dos veces en natura –dijo-. Y se lo vengo a decir para que
no se tome la molestia de ir a preguntarle nada a Rebecca.[12]
En
resumidas cuentas, el incesto en la obra romanesca de Arturo Azuela es
destructor, devastador y conduce al drama. El lector está cautivado por el amor
idílico de la pareja, Jesús y Regina, que va súbitamente a transformarse en
crimen que no puede tener perdón delante la religión. La novela nos enseña que
a pesar del crimen acometido y el delito de incesto, el amor va a ser mas fuerte que la justicia divina,
la justicia de los Hombres y la moral. La moral triunfa por causa de la pureza
de sus sentimientos y de su inocencia ya que ambos no sabían que tenían el
mismo padre y Jesús mató en legítima defensa para salvar su vida.
Aquel Jesús que yo conocí, que me desnudo y me hizo
sentir mujer una noche al borde de la laguna, nunca se me olvidó, no hubo
ningún hombre que me lo desbaratara…Y cuando él habla, o conozco el mundo, aquí
donde soplan vientos que vienen de aquellas grietas y cuando llueve por todos estos
valles…aquella vez que conocí su cuerpo, cuando quedamos de acuerdo en la
huida, mi vida entera se detuvo para esperarlo otra vez…Aprendí a hablar
conmigo misma; con él, a pesar de que estaba tan lejos; aún muerto hablábamos
juntos…cuando él recuerda que yo tengo una mitad de la sangre igual a otra
mitad de la suya, siento que todos esos siglos la encerraron en la calle d las
Animas...[13]
La pareja maldita va a
reanudarse y vivir su amor insensato más
allá del mundo de los muertos un poco como en el mito de Orfeo y Euridice.
Incesto y asesinato
Cuando tomamos por casualidad una novela Cien años
de soledad que forma parte d la nueva narrativa hispanoamericana
constatamos que ciertos personajes quieren oponerse de todos modos a la
concretización de esa relación contra natura,
prohibida por la moral social. Al igual que Miguel el hermano de Regina
que organizó una trampa para matar a Jesús en El reino de este mundo, Fernanda,
la madre de Meme pidió al Alcalde de proporcionarla un guardia
para vigilar su patio a causa de un ladrón de pollos. La madre se había
enterado que su hija tenía relaciones amorosas y sexuales con su primo Mauricio Babilonia. La consecuencia fue que el guardia disparó sobre Mauricio Babilonia y le rompió la columna vertebral. Éste va a fallecer más
tarde de vejez, solitario, sin protesta, sin denuncia con una fama de ladrón de
pollos.
Esa noche, la guardia derribó a Mauricio Babilonia
cuando levantaba las tejas para entrar en el baño donde Meme le esperaba,
desnuda y temblando de amor entre los alacranes y mariposas, como lo había
hecho casi todas las noches de los últimos meses. Un proyectil incrustado en la
columna vertebral lo redujo a cama por el resto de su vida. Murió de viejo en
la soledad, sin un quejido, sin una protesta, sin una sola tentativa de
infidencia, atormentado por los recuerdos y por las mariposas amarillas que no
le concedieron un instante de paz, y públicamente repudiado como ladrón de gallinas.[14]
Una
vez más el amor entre ambos personajes se convierte en una pesadumbre funeste
que conduce a la muerte irremediable. La hipocresía social va a ocultar muy
lejos el incesto para evocar el caso del
ladrón de pollos. Los padres tienen vergüenza y esconden como pueden ese
secreto familiar malsano que no quieren confesar a la gente. Muy a menudo, los
protagonistas que han cometido el acto incestuoso van a esconderse por
vergüenza y van a vivir recluidos al margen de la sociedad como los parias.
Buscando en la nueva novela hispanoamericana, grande fue nuestra sorpresa al descubrir Donis y su hermana en la obra novelesca de Juan Rulfo que se pueden convertirse en el símbolo de esa célebre pareja incestuosa.
¿Adónde fue
su marido?
-
No es mi marido. Es mi hermano; aunque él no quiere
que se sepa. ¿Qué adonde fue? De seguro a buscar un becerro cimarrón que anda
por ahí desbalagado. Al menos eso me dijo.
-
¿Cuánto hace que están ustedes aquí?
-
Desde siempre, aquí nacimos.
-
Debieron conocer a Dolores Preciado.
-
Tal vez él, Donis. Yo sé tan poco de la gente. Nunca
salgo. Aquí he estado sempiternamente…Bueno, ni tan siempre. Sólo desde que él
me hizo su mujer. Desde entonces me la paso encerrada, porque tengo miedo de
que me vean. Él no quiere creerlo, pero ¿Verdad que estoy para dar miedo?[15]
En realidad esos personajes
ya han muerto y están dialogando en su tumba, expiando sus pecados en la ciudad
de Comala que consideran como un purgatorio y que un personaje califica de
infierno, “Ya lo sentirá más fuerte
cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la
boca del infierno.”[16]Paradójicamente
en la novela de Rulfo no tenemos ninguna descripción de los personajes, esto
hubiera podido ayudarnos a poseer la descripción física, sicológica y moral de
esos personajes que se complacen en la lujuria.
Les personnages ne
font l’objet d’aucune description qu’elle soit directe (dans le récit) ou
indirect (dans le dialogue). Si bien que l’image que le lecteur peut avoir du
personnage n’est pas déterminée par le texte, pas de portrait, ni physique, ni
moral. La narration réfute ostensiblement de copier une réalité de
référence ; elle fuit la conception du personnage romanesque comme reflet
de personnes qui ont existé ou avaient pu exister.[17]
Para hacer perdurar al máximo el placer prohibido del
incesto, en general, los personajes están listos a utilizar todos los medios
posibles a su alcance para esconder lo malo que están cumpliendo a escondites.
Incesto y Mitologia
La
intriga de la novela de Gabriel García Márquez no es sin recordarnos el mito de
la creación del mundo por Dios, consignado en la Santa Biblia , con la primera pareja:
Adán y Eva[18],
los antepasados de la humanidad. Cuando Ursula
Iguarán y José Arcadio Buendía
los protagonistas principales de la novela decidieron la fundación de la ciudad
de Macondo, eran los primeros habitantes de esta comarca y además eran primos.
El vínculo del incesto empezó en la novela con sus padres, un poco como Adán y
Eva en el Jardín de Edén cuando sucumbieron al pecado original y fueron
rechazados por Dios.
…Porque en verdad estaban ligados hasta la muerte por un vinculo más sólido
que el amor. Un común remordimiento de conciencia. Eran primos entre sí. Habían
crecidos juntos en la antigua ranchería que los antepasados de ambos
transformaron con su trabajo…Aunque su matrimonio era previsible desde que
vinieron al mundo,(…) sus propios parientes trataron de impedirlo. Tenían el
temor de que aquellos saludables cabos de dos razas secularmente entrecruzadas
pasaran por la vergüenza de engendrar iguanas. Una tía de Ursula, casada con un
tío de José Arcadio Buendía, tuvo un hijo (…) nació y creció con una cola
cartilaginosa en forma de tirabuzón (…) Una cola de cerdo…[19]
Un crítico literario afirma con exactitud que en el mundo
de Macondo, los últimos descendientes de
los Buendía se aman con el valor que sus antepasados no conocieron, pero
suscitan también el fin.[20]Ese
amor enfrenado conduce ineluctablemente al incesto que desembocará en la
concretización del miedo de esa familia excepcional que tenía el pavor de que
naciera un hijo con cola de cerdo.[21]
Après lui avoir
coupé le cordon ombilical, la sage femme, qu’Aureliano éclairait avec une
lampe, se mit à enlever avec un linge l’onguent bleuâtre qui couvrait le corps
de l’enfant. Ce n’est qu’après l’avoir retourné sur le ventre qu’ils remarquèrent
qu’il avait quelque chose de plus que le reste des hommes, et ils se penchèrent
pour l’examiner. C’était une queue de cochon.[22]
Ese niño descomunal que va a poner fin a la genealogía de
los Buendía y a la desaparición de la ciudad
mítica de Macondo es el fruto del amor incestuoso de Amaranta Ursula y
Aureliano. Aquí no se trata del complejo de Edipo que pone en situación, un
padre y su hija o una madre y su hijo, pero aquí estamos en presencia de una tía y su sobrino muy
emprendedor. Cien Años de soledad es
la obra narrativa de la nueva novela hispanoamericana en la que encontramos una
multitud de casos de incesto en una misma novela. Los describen de una manera burlesca
y fantástica gracias al recurso estilístico llamado lo real maravilloso. Nos preguntamos
para saber si el autor manifiesta una voluntad de banalizar este acto prohibido
o al contrario, denunciarlo con la repetición de los numerosos casos de
relaciones incestuosas que hay en su novela original y apasionante.
Incesto, Pasión y Lujuria
Al recorrer estas obras narrativas
hispanoamericanas, hemos llegado a la conclusión siguiente. Todas las
diferentes obras literarias que estudiamos, tiene un punto común, es decir que
los personajes que han saboreado el fruto prohibido, van a hacerlo a escondida invadidos
por la vergüenza. Todos sin excepción so responsables de sus actos, sabiendo
que van a ocasionar escándalos, penas y
sufrimientos alrededor de si mismos. Saben que lo que hacen es mal pero van a
perseguir en el pecado hasta la revelación de la abominación al conocimiento
del público. Confrontados a la moral y al juicio de la sociedad, van a
recluirse en la lujuria, como apestados en su rincón. En cien Años de sociedad, si tomamos el
caso de Aureliano Babilonia, Amaranta Ursula y su esposo Gastón,
la pareja incestuosa tomaba su placer en silencio en el
cuarto contigo para no alarma al marido cornudo:
La siguió casi en puntillas, tambaleándose de la borrachera, y entró al
dormitorio nupcial en el momento en que ella se abrió la bata y se la volvió a
cerrar espantada. Hizo una señal silenciosa hacia el cuarto contiguo, cuya
puerta estaba abierta, y donde Aureliano sabía que Gastón empezaba a escribir
una carta. (…) Aureliano sonrió, la levantó por la cintura con las dos manos,
como una maceta de begonias, y la tiró bocarriba en la cama.(…) Amaranta Ursula
descuido la defensa (…) una conmoción descomunal la inmovilizo en su centro de
gravedad (…) Apenas tuvo tiempo de estirar la mano y buscar a ciegas la toalla,
y meterse una mordaza entre los dientes, para que no se le saliera los
chillidos de gatas que ya le estaba desgarrando las entrañas…[23]
Además
del incesto y de la lujuria, podemos añadir la culpabilidad de infidelidad,
ejemplo poco recomendable en la sociedad. En el caso de Jesús y de Regina que
han cumplido el incesto por ignorancia y que acaban de escapar a una trampa
mortal, pueden pensar que no tienen nada que perder, ya que son condenados por
la religión que afirma que eso no tiene
perdón por una parte y por otra
parte, toda la gente les incrimina y por encima de todo, aun su padre que ha
escondido su hija bastarda les condena también. Entonces, viéndose en un
callejón sin salida, van a resumirse a aislarse por que la sociedad y la
religión no les han dado la suerte de arrepentirse. La inmensa pasión que anima
sus seres va a sumirles en un bienestar cuando se encuentran lejos de la
sociedad que les opresa con las multitudes de leyes y prohibiciones.
De repente, Jesús sonríe cuando sus brazos cubren el torso desnudo de la Regina , echa la mirada a la
ventana, al fresno que arropa una parte de las estrellas y de las nubes de mal
fario y después vuelve a sus mismos pensamientos, a sus vellos bien negros y
retorcidos. Y después del último aliento, cuando la Regina se le queda pegada a
todo el cuerpo y sin mover siquiera una pestaña, las horas parecen ser las
mismas, la angustia se alarga y las furias se pegan a los parados y los corajes
a las maldiciones. Era mejor el escondite allá en la cueva junto.[24]
Cien años de soledad de Gabriel García
Márquez es la obra narrativa hispanoamericana en la que se encuentra una
multitud de casos de incesto de manera recurrente. El narrador nos explica como
los personajes que tienen lazos consanguíneos van a llegar a esta extremidad. Lo
va a describir minuciosamente, de una manera que no es chocante, lo hace con
una falsa ingenuidad y escoge sutilmente palabras que dan un carácter burlesco
al relato. Hemos constatado por ejemplo que Amaranta que había criado a
Aureliano José seguirá comportándose con él como si fuese un niño, bañándose desnuda con él y durmiendo en la
misma cama. Ambos van a caer en juegos perversos y caricias eróticas. Ursula
Iguarán va a poner fin a esa relación pérfida cuando les sorprendió besándose.[25]Tía
y sobrino van a abandonar su pasión peligrosa y sobretodo sin porvenir, a
partir de la percepción de la sociedad.
Sentada en el mecedor de mimbre, con la labor interrumpida en el regazo,
Amaranta contemplaba a Aureliano José con el mentón embadurnado de
espuma…Aureliano José no podía conciliar el sueño mientras no escuchaba el
valse de las doce en el reloj de la sala, y la madura doncella cuya piel
empezaba a entristecer no tenia un instante de sosiego mientras no sentía
deslizarse en el mosquitero aquel somnámbulo que ella había criado, sin pensar
que seria un paliativo a su soledad. Entonces durmieron juntos desnudos, intercambiando caricias agotadoras…[26]
En
esta misma obra novelesca, podemos evocar el caso alucinante de José Arcadio y
de Rebecca. Ambas tenían una diferencia de edad notable pero una pasión
naciente va a unirles desde su juventud. Cuando Rebecca fue en edad de casarse,
escogió a Pietro Crespi viviendo tranquilamente. De regreso de viaje alrededor
del mundo, José Arcadio constató el cambio morfológico de su hermana y sobre
todo que su pasión seguía ardiendo y que esta connivencia que caracterizaba su
lazo estaba aún perceptible. Ambos van a copular sin vergüenza, y de una manera
brutal y machista, el hermano mayor va a romper la pareja de su hermana para
casarse con ella, desafiando todos los codos represivos de la sociedad.
…No sabía que estaba aquí.” Pero apagó la voz para no despertar a nadie.
“Ven acá” dijo él. Rebeca obedeció. Se detuvo junto a la hamaca, sudando hielo,
sintiendo que se le formaban nudos en las tripas, mientras José Arcadio los
tobillos con la yema de los dedos, y luego las pantorrillas y luego los muslos,
murmurando: “Ay hermanita; ay hermanita.” Ella tuvo que hacer un esfuerzo
sobrenatural para no morirse cuando una potencia ciclónica asombrosamente
regulada la levanto por la cintura y la despojó de su intimidad con tres
zarpazos, y la descuartizó como a un pajarito. Alcanzó a dar gracias a Dios por
haber nacido, antes de perder la conciencia en el placer inconcebible de aquel
dolor insoportable, chapaleando en el pantano humeante de la hamaca que
absorbió como un papel secante la explosión de su sangre.[27]
Siempre en la misma novela de Gabriel García
Marqués, José Arcadio forma parte de los
personajes que a él le gusta revolcarse sin complejo en la lujuria. Este
pescado capital como lo presenta la iglesia es definido por un personaje
narrador como el bien gran Pescado, el
que mancha las fuentes de la vida.[28] Después de haber arrancado su hermana a
su esposo Pietro Crespi, de casarse religiosamente consiga, va a pasar una
increíble noche de boda que va a perturbar a todos los vecinos y que va a dejar
un recuerdo indeleble en su mente.
Pendant la nuit de
noces, un scorpion qui s’était introduit dans sa pantoufle mordit Rebecca au
pied. Elle sentit sa langue s’engourdir mais cela ne les empêcha de passer une
lune de miel qui fit scandale. Les voisins étaient terrifiés par les cris qui
réveillaient tout le quartier jusqu’à huit fois par nuit, jusqu’à trois fois
pendant l’heure de la sieste, et priait qu’une passion si intempestive n’allât
troubler le repos des morts.[29]
La lujuria y el incesto van a ser la causa del fin de
existencia de Macondo y la desaparición de la familia Buendía. La truculenta
historia de esta familia excepcional va a acabarse con las fornicaciones
exageradas y los retozos impúdicos de Amaranta Ursula y su sobrino Aureliano Babilonia.
Además un narrador se comprometió a exponer este fin tan temido y a la vez esperado durante largas generaciones,
en las palabras siguientes.
Los últimos descendientes de los Buendía se aman con el valor que sus
antepasados no conocieron, pero suscitan también el fin. Gabriel García Márquez
explica que Cien años de soledad es la historia de una familia que trata
de evitar el hijo con la cola de cerdo.[30]
Conclusión
Al final de nuestras
investigaciones, estamos en derecho de preguntarnos sobre los múltiples casos
de incestos que encontramos en todas estas novelas que pertenecen a la nueva narrativa
hispanoamericana contemporánea. El hecho de que este acto de sociedad “contra
natura” se repite en diferentes novelas de autores de diversas nacionalidades,
nos conforta en el carácter universal de este acto recriminado en el mundo
entero. Pero no lo escondemos, habíamos
pensado a un momento dado que esa manera de presentar el relato roza la
banalización de la problemática del incesto en nuestra sociedad de hoy en día. Jean
Paul Sastre en uno de su obra crítica
nos dice exactamente:
Mais dès à présent
nous pouvons conclure que l’écrivain a choisi de dévoiler le monde et
singulièrement l’homme aux autres hommes pour que ceux – ci prennent en face de
l’objet ainsi mis à nu leur entière responsabilité. Nul n’est censé ignorer la
loi parce qu’il y a un code et que la loi est chose écrite : libre à vous
de l’enfreindre, mais vous savez les risques que vous courez. Pareillement la
fonction de l’écrivain est de faire en sorte que nul ne s’en puisse dire
innocent.[31]
[1]
https : //es.m.wikipedia.org
› wiki ›
[2] Arturo Azuela : El tamaño del infierno
Editorial Joaquín Mortiz, México,
1975, 418p.
[3] Arturo Azuela: O. C., P.119
[4] Arturo Azuela: O. C., P. 116
[5] Arturo Azuela : O. C. P.25
[6] Arturo Azuela : O. C. P.24-25
[7]Arturo Azuela :
O. C. P.46
[8] Arturo Azuela : O. C. P.116
[9] Arturo Azuela : O. C. P.335-336
[10] Gabriel García Márquez: Cien años de soledad
Editorial
Argos Vergara S.A., Barcelona, 1980, 334p., P.80
[11] François Rabelais:
[12] Gabriel García Márquez : O. C. P. 80-81
[13] Arturo Azuela : O. C. P.414
[14] Gabriel García
Márquez : Cien años de soledad
Editorial Argos Vergara, S. buscar A., Barcelona, 1980, 334 P., P. 235
[15] Juan Rulfo : Pedro Páramo
Fondo de Cultura Económica, México,1977,
129 P., P.54-55
[16] Juan Rulfo : O. C. P.9
[17] Milagros Ezquerro : Juan Rulfo
Imprimerie
SACCO, Toulouse, France, 254 p.,P.110
[18]
Traduction du Dr Louis Segond : La Bible (les sociétés bibliques)
Edit.
Jongbided C V., LEEUWARDEN, Pays bas, 1968, 1977 P., Chapitre I - IV
[19] Gabriel García Márquez : O. C. P.22
[20] Jorge Campos : Gabriel García Márquez,
Narrativa y critica de nuestra América
Ed. P.83
[21] Gabriel García Márquez : O. C. P.335
[22]
Gabriel García Márquez : Cent Ans de solitude
Editions du Seuil, 27 rue Jacob, Paris
VIe, 1968, 391p, P.387
[23] Gabriel García Márquez : O. C. P.319
[24] Arturo Azuela : O. C. P. 117
[25] Gabriel García Márquez: O. C. P.
[26] Gabriel García Márquez : O. C. P.118-119
[27] Gabriel García Márquez : O. C. P. 80
[28] Citación del escritor francés,
premio Nóbel Romain Rolland, (29
enero de1866 – 30 de diciembre de 1944)
[29] Gabriel García Márquez: O. C. P.93
[30] Julio Ortega : 9 asedios a Gabriel
Márquez, Cien años de soledad
D’univers
editoria, 1969, 181 P., p.83
[31] Jean Paul
Sartre : Qu’est ce que la littérature
Gallimard,
Saint Armand (Cher), France, 1987, 308P. , P. 29-30
1 commentaire:
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