lundi 24 septembre 2018

El combate de Isabel Allende, Arturo Azuela y varios por la ecología en la novela hispanoamericana contemporànea




UNIVERSIDAD DE BANGUI

REPÚBLICA CENTROAFRICANA
FACULTAD DE LETRAS Y

Unidad - Dignidad - Labor
CIENCIAS HUMANAS

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     DEPARTAMENTO DE

               ESPAÑOL       

      N° 05















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El combate de Isabel Allende, Arturo Azuela y varios por la ecología en la novela hispanoamericana contemporánea














Dr PANGUERE Jean Michel



















Boletín informativo de la sección hispánica

el combate de Isabel Allende, Arturo Azuela y varios contra la deforestación,  el calentamiento global y la protección de la biodiversidad en la novela hispanoamericana Contemporánea



                                                                                                                          Dr. PANGUERE JEAN - Michel
Universidad de BANGUI - RCA



I – INTRODUCCIÓN

            Mientras que las autoridades políticas, científicas y las sociedades civiles  de nuestro planeta se emplean a descubrir soluciones al problema gravísimo del calentamiento de la tierra, ciertos novelistas iberoamericanos, concientizados y avizados habían lanzado ya un alarido desesperado para suscitar una real toma de conciencia en sus lectores, a propósito de las causas del calentamiento global[1] y habían propuesto algunas pistas de soluciones duraderas para salvar nuestro planeta. Generalmente un tema como el que toca a la ecología, se encuentra tratado en publicaciones o revistas especializadas, destinadas a una categoría particular de lectores que pertenecen por la mayor parte al medio cientifico. A parte los gases de efecto invernadero[2] que constituyen un verdadero peligro por el planeta, autores como el mexicano Arturo azuela y la chilena como Isabel Allende han denunciado ambos la deforestación salvaje de las selvas por grandes empresas multinacionales de explotación de madera en los continentes americano y africano.

            La meta de este trabajo de investigación, es presentar cómo esos autores que provienen de toda evidencia de paises diferentes, van a incorporar esa problemática crucial, en su narración, sin olvidar de sensiblizar al mismo tiempo a millones de lectores a través el mundo. Ambos han escogido poner los protagonistas de sus novelas en selvas que van a ser devastadas por la acción voluntaria del Hombre . Después veremos como los personajes van a presenciar a la destrucción de su entorno, a la de la biodiversidad, la del ecosistema y a la fauna. Desembocaremos por fin en una de las consecuencias desastrosas de la deforestación que es la inevitable polución que puede presentarse bajo numerosas formas : olfativa con las basuras, auditiva con el ruido de los coches y aviones supersónicos, sin olvidar el polvo que surge cuando la tierra se vuelve seca por causa de esa deforestación evidentemente y de los inumerables automoviles.



I – DEFORESTACIÓN

         A principios del siglo XX, se podía notar el gran interés que los autores latinoamericanos manifestaban por la selva en las novelas que publicaban. Un autor colombiano como José Eustasio Rivera[3], exaltó la naturaleza exuberante de América latina en la que planteaba su narración. Es seguido en eso por el premio nobel de literatura Gabriel García Márquez[4], Alejo Carpentier[5], Miguel Angel Asturias[6] y varios más. Algunos años más tarde una generación de novelistas mucho más comprometida va a surgir, poniendo de realce en su obra el cambio que iba interveniendo en sus selvas idealizadas y en el clima. La problemática principal que quiere compartir con los lectores es el respecto de la ecología o cómo proteger nuestro planeta frente a los nuevos y diferentes problemas que encuentra como el de la deforestación:

La deforestación es la destrucción a gran escala de los bosques por la acción humana. Millones de hectareas se degradan o destruyen anualmente. Estas son taladas o quemadas, aproximadamente al equivalente a la superficie de un campo de fútbol cada dos segundos. La deforestación avanza a un ritmo de 17 millones de hectáreas al año. Es equivalente a una superficie que supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte juntas. Estamos perdiendo lo más frondosos bosques tropicales.

Los motivos de la tala indiscriminada son muchos, pero la mayoría están relacionados con el dinero o la necesidad de los comuneros de mantener  a sus familias. Inductor subyacente de la deforestación es la agricultura, los agricultores talan los bosques con el fin de obtener más espacio para sus cultivos o para el pastoreo de ganado.[7]



En una ficción narrativa de Arturo Azuela asistimos a un apasionante combate entre un talador y un árbol. Descubrimos una descripción minuciosa del sufrimiento del hombre en plena faena y los detalles microscópicos de la textura del árbol, a diferentes etapas del corte. A través de este personaje específico, tenemos un ejemplo tipo de la jornada de un hombre que contribuye significamente a la destrucción de la selva de Amazonía, favoreciendo el aumento de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.

A cada golpe de hacha José Salomé frunce el ceño, chupa el sudor de los labios y entrecierra los ojos. Sus ímagenes se van más allá de la horadación en el tronco del pino, se atteran con los ecos de cada crujido en el árbol en agonía. […]Aprieta el mango con ambas manos y vuelve a golpear la corteza exterior abriendo en triángulo un hueco astillado y haciendo saltar saltar un pequeno tapiz de musgo.[…]  Las palabras tropiezan con el ruido en aumento que sale del tronco: montones de crujidos, rechinar de ramas temblequeantes, columna negra y maciza de la que saldrán postes, tablas , vigas y tablones. Por fin con todo su peso, el pino se separa del corte, de sus raices como anclas metidas varios metros bajo suelo…[8]



            Muy a menudo, en los países subdesarrollados de África, la mayoría parte de la población, además de la explotación industrial de los árboles y la fabricación de madera y muebles indispensables para el confort del hombre, los taladores transforman los árboles en carbón doméstica que las mujeres compran para cocinar, ya que la pobreza hace que la gente que no tiene dinero para comprar estufa de gaz, contribue también, por ignorancía al calentamiento global. Miles pequeños sacos son preparados por manos rugosas y hábiles otorgados a los clientes en carretas, motos o miserables camionetas sucias. En la novela de Arturo Azuela, un narrador omniciente nos relata una rebanada de vida de un talador y el nacimiento de su pasión por el corte de los árboles desde su juventud. Aprende su oficio de manera empírica.

No recuerdo la edad que tenía cuando nos empezó a accompañar a la tala y allí por detrás brincando de piedra en piedra y sólo parecía que se le retorcían los gestos cuando veía caer los árboles. Pero les empezó a tomar gusto, a sonreir con nuetros alaridos y a tirarse de panza cuando escuchaba el ruido de la sierra en los bordes del tronco. No había duda, también iba a seguir nuestro camino: coserse la boca con tantas pestilencias.[9]



            Los habitantes de Rosedal compuestos en mayoría de taladores no se preocupaban de la deforestación que ocasionaban a la selva donde vivían desde largo tiempo. Es una pequeña  aldea aislada que faltaba de todo, no hay administración, ni hospital, ningunas almacenes o escuela para la instrucción de los niños y los taladores y los taladores que son trabajadores manuales no tienen tiempo para informarse sobre la importancia de la biodiversidad y las consecuencias de la deforestación. Ignoraban todo de la repoblación forestal. Es meramente un campamento rústico perdido en la selva de Amazonía.

Los producción de madera y de productos forestales no madereros ( PFNM), tanto en bosques naturales como en plantaciones depende de factores como la fertilidad de la tierra, la humedad del suelo, el microclima, la fotosíntesis y el crecimiento mediante el aprovechamiento de CO2 y la liberación de O2, la biodiversidad y la reserva genética, la polinización y distribución de semillas, la estabilización del terreno y los ciclos hídricos del bosque…[10]



            En esta ficción narrativa de Arturo Azuela no se puede condenar al personaje de José Salomé, ya que la única profesión que ejerció durante toda su miserable vida es la de talador, de tal manera que entre el protagonista y los árboles se entablaron relaciones particulares. Sabía cuidar su cuerpo en general y sus manos en particular, y por eso las podemos considerar como su herramienta de trabajo. Personifica los árboles o la madera, de tal manera que emplea vocablos como “ pulso”, “acariciar”, o “gemir” que son generalmente utilizados para los seres humanos, para objetos inanimados. nos atreveríamos hasta a decir que se estableció un lazo fusional entre el personaje y los árboles de su bosque.

Estas manos, estos nudillos, estos codos avejentados supieron manejar el hacha con mucho conocimiento. Sabían medir el pulso de los troncos, sus escalofríos y hasta sus gestos repelentes. A veces, de tanta faena, se nos escurría un poco de sangre por las palmas de las manos de las manos. Pero había que dejarlas descansar, cuidarlas muy bien para que no se olvidasen de como se acaricia la madera dura, eso que fue nuestro sustento, el saber hacer cuñas vacías y tirar los árboles para dejarlos con sus últimos gemidos en cualquier opacidad del bosque.[11]



            Paradoxalmente, el desarrollo y la urbanización puede conducir insidiosamente a la deforestación. Por causa de la libre circulación de los hombres y de las mercancías, la concepción y la realización de redes ferrocarriles y autopistas bien entretenidos se vuelven una prioridad y necesidad. A veces, por consideraciones topográficas y eficiencias, estas vías deben atravesar regiones protegidas como las selvas, provocando entonces una deforestación a lo largo de varios kilómetros, destrozando el ecosistema, la biodiversidad y  propagando una polución ambiental con el polvo y la contaminación al ozono que generan las inmensas excavadoras y camiones de trabajos  públicos.

“El río Amazonas es el más ancho y largo de la tierras, cinco veces más que ningún otro. Sólo los astronautas en viaje a la luna han podido verlo entero desde la distancia”, leyó Alex en la guía turística que le había comprado su abuela en Río de Janeiro. No decía que esa inmensa región, último paraíso del planeta, era destruida sistemáticamente por la codicia de empresarios y aventureros, como había aprendido él en la escuela.  Estaban construyendo una carretera, un tajo abierto en plena selva por donde llegaban en masa los colonos y salían por toneladas las maderas y los minerales.”[12]



            Arturo Azuela, al contrario de Isabel Allende, hace una descripción tremenda de la deforestación de Rosedal. La presenta como una invasión súbita y brutal de esta mítica selva con diferentes máquinas desconocidas por los nativos, y que tienen funciones particulares. Con minucia, enumera y describe esas numerosas máquinas monstruosas, poderosas y ruidosas que llegan para destrozar el ecosistema y la biodiversidad de la región. De esta descripción se desprende la impresión de la dominación de las máquinas sobre la naturaleza. Esa futura vía que los trabajos públicos tienen que realizar va a ser fuente de riqueza por el país según los políticos : al detrimento de la ecología :



Un día de verano, los trípodes y los teodolitos empezaron a escudriñar, a caminar a uno y a otro lado del futuro derecho de vía. […]Pasaron por el Rosedal y siguieron hacia el oriente, paralelos al río hasta perderse por su torcedura. Echaban de vez en vez algún silbido, levantaban las manos o el saracof, apuntaban en pequeñas libretas y volvían a mover sus instrumentos.[…] Varios meses después, desde el volador arrancó la marcha de las máquinas y de los trabajadores. iban acampando de trecho en trecho, sacudiéndose el sudor durante la noche para volver a trabajar al día siguiente. Con pachorra o precipitación, la excavadora, el bulldozer o la grúa cumplían sus objetivos, alterando el color del aire y sin dejar huella del antiguo camino ancho [13]



            Durante muchas páginas, el lector sigue leyendo aterrado y impotente, a la destrucción programada de una parte del parte del pulmón de la humanidad. El narrador describe los diferentes tipos de máquinas en acción,  y las sucesivas pañales de grava fina, de alquitrán, hasta llegar al asfalto caliente, signo de obras principales realizadas fuente perdida parcial de la biosfera  ecológica.





II – LA BIODIVERSIDAD

            En esta segunda parte de nuestro trabajo de investigación sobre las novelas hispanoamericanas contemporáneas, no podemos más que constatar que los novelistas se han abundantemente documentado sobre la agitación climática en sus países en particular y en el mundo en general. Tienen datos fiables y suficientes de informes sobre este cambio significativo que está cumpliendo en nuestro planeta. Eso es porque que unánimemente señalan con el dedo al Hombre como el principal culpable de lo que sucede en nuestro entorno. Primero, con sus decisiones desgraciadas, el hombre no protege la biodiversidad que se define de la manera siguiente por los especialistas :

Por biodiversidad o diversidad biológica, se entiende la variabilidad entre los organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman partes; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre los especies y de los ecosistemas.[14]



            Los gases de efecto invernadero, los niveles máximos de la contaminación atmosférica o los ecosistemas no constituyen la mayor preocupación de los obreros que trabajan bajo el mando de José Salomé. Cuando éste les da la orden de hacer otra vez su faena de corte o deforestación cotidiana, la van a cumplir sin sentimiento y sobre todo sin pensar en las consecuencias de sus actos. Estos pobres diablos deben trabajar para cobrar del mes el dinero necesario para ocuparse de sus familias que viven en las chabolas que se encuentran en los suburbios de las ciudades.

…José Salomé, echando un grito atiplado, quiere rematar la faena. Con estrépito demoledor llega al terreno silvestre, a deshacer galerías de gusanos, cigarras y ciempiés, a marañas de hongos y a otros minúsculos seres rapaces. Después de unos cuantos saltos, como últimos latidos, queda de largo a largo sobre la tierra, mientras los dos taladores beben un poco de aire y sonríen de satisfacción.

– Si  aquí estuviera Leodegario – dice José Salomé -, nos daría mas ánimos para cortar el siguiente. Siento como si tuviera sus manos y sus brazos de fiar… [15]



            Muchos años más tarde, José Salomé madurando, va a enterarse del cambio perceptible en su medio ambiente donde vive con su novia, gozando de la naturaleza exuberante y protectora. Se enfurece contra las descargas salvajes de las fábricas que contaminan las aguas en las que viven peces, zancudos y varios microorganismos, trastornando los ecosistemas terrestres e hídrico.

Varios años había vivido en la costa caliente, sin dar tregua a sus vehemencias, aferrado a las raíces de la lasciva, a reconocer los musgos y los hongos, a endurecer la piel con otra piel, a resbalar el agua entre caricias y a sentir los rayos del sol entre los muslos de Genoveva. Y un día, sin saber cómo, le quisieron llenar de costras la imaginación. Atravesó la cordillera y, al ahuyentar a los zancudos, se le encendían las cóleras y prodigaba un olor de agua pestilente. Por añadidura, cuando cerraba la noche los odios se le incubaban con intensidad y, al rayar el amanecer, como si encendiera la luz de un soplo, empezaba a recorrer muchas leguas.[16]

            Siempre en el marco de la biodiversidad, tenemos una descripción deslumbrante por parte de Isabel Allende en una de sus ficciones narrativas, nos creemos dentro de un paraíso terrenal aunque las escenas descritas se encuentran en alguna parte de la selva ecuatorial de África central. Vuelta por torno, vemos pasar majestuosa una enorme tortuga, un jabalí trayendo turbios en el campo de los personajes o un cocodrilo cazando en la selva, lejos de su medio acuático natural. El lector descubre entonces la riqueza de la fauna africana con estas bestias reptando, nadando o saltando en las ramas de los arboles o volando graciosamente. Devorando la novela, el lector aprende informes inéditas que no tienen nada que ver con los clichés generalmente extendido tal o cual especie animal. Y como estamos en una ficción narrativa, el autor aprovecha de la utilización del realismo mágico[17]  para crear un mundo extravagante :

Había una algarabía de aves en el aire y una fiesta de diversos peces en el agua ; vieron hipopótamos, tal vez la misma familia que habían encontrado en la orilla durante la primera noche, y cocodrilos de dos clases, unos grises y otros más pequeños color café. […] Los bantúes quisieron lacear a uno de los más grandes, cuya piel podían vender a buen precio, pero Angie se puso histérica y los demás tampoco […] Una especie de culebra oscura paso rozando una de las canoas y de repente se infló, transformándose en un pájaro con alas de rayas blancas y cola negra, que se elevó […]más tarde una gran sombra voló sobre sus cabezas y Nadia dio un grito de reconocimiento: era un águila coronada…[18]

            En esta sociedad primitiva donde Isabel Allende ha escogido poner su ficción narrativa, la biodiversidad era respetada en la sociedad pigmea, cogían únicamente en la naturaleza lo que los habitantes necesitaban. Organizan caza para la alimentación de sus familias. A partir des siglo XX, elementos exógenos, como la economía y la explotación de los árboles, van a traer cambios en su modo de existencia. El estado y las grandes sociedades multinacionales madereras van a explotar los arboles a largas escalas para abastecer la economía del país, provocando la deforestación. Los cazadores furtivos van a matar ciertas especies de bestias protegidas para vender su marfil, sus pieles o sus plumajes a nivel internacional, ocasionando al mismo tiempo una catástrofe en la fauna. Lo triste es que no matan estos animales en peligro de extinción para comer sino para enriquecerse fraudulentamente. Esto es también lo que denuncia la escritora chilena en sus obras novelescas.

Las pigmeas explicaron que habían sido separadas de sus compañeros, a las cuales Kosongo obligaba a cazar elefantes, no por la carne, sino por los colmillos, que vendía a contrabandistas. El rey tenía otro clan de esclavos que explotaba una mina de diamantes algo más  al norte. Así había hecho su fortuna. La recompensa de los cazadores eran cigarrillos, algo de comida y el derecho a ver sus familias por un rato. Cuando el marfil o los diamantes no eran suficientes, intervenía el comandante Mbembelé.[19]



            No podemos limitarnos mas que a los cazadores furtivos o a los contrabandistas señalados por la narradora comprometida para hacernos una idea sobre los danos y perjuicios que el hombre acomete sobre la biodiversidad en general y sobre la fauna y la flora en particular. Es necesario tener en cuenta las revelaciones de autores científicos que se interesan à las “Causas y efectos de conservación vs destrucción de la Biodiversidad.” :

Probablemente ninguna especie ha tenido el impacto que el ser humano ha logrado sobre la Tierra, y esto se debe principalmente a que ninguna ha alcanzado el nivel de crecimiento poblacional que el ser humano, al crecer de manera geométrica o exponencial provoca que la utilización de recursos naturales también aumenta. Este es un impacto avasallante sobre la biodiversidad, la cual se ve amenazada por varios procesos, la mayoría antropogénicos, que transforman el entorno en el que vivimos; entre ellos se pueden citar los siguientes:[20]    

III – LA Polución

            Entre las diferentes contaminaciones que pueden ser las consecuencias visibles de la deforestación y la destrucción de la biodiversidad y del ecosistema, hemos notado algunas que son recurrentes en las novelas latinoamericanas. Hemos escogido de presentar las que los novelistas denuncian. Hay primero la contaminación sonora que va invadiendo las grandes capitales de los países desarrollados del mundo y las selvas también cuando por causa de crecimiento demográfico, el hombre decide la extensión de sus ciudades, construir nuevos aeropuertos o realizar nuevas carreteras o autopistas que van a atravesar zonas antiguamente pacíficas. Se vuelven abogados de una categoría social de gente sufren el  mártir, al vivir cerca de los aeropuertos internacionales. Dejemos los especialistas hablar del sufrimiento de los habitantes:

La contaminación sonora es producto del conjunto de sonidos ambientales nocivos que recibe el oído. El ruido como parte de la contaminación ambiental, afecta seriamente a la capacidad auditiva provocando el envejecimiento prematuro del oído, sordera y daños irreversibles en el sistema auditivo. A la vez provoca otros trastornos en el organismo.

Los efectos nocivos del ruido sobre la salud van desde las alteraciones cardiovasculares, falta de concentración, aumento de estrés, síndromes de depresión y del sueño hasta la disminución de la calidad de vida.[21]



            Con palabras sencillas y bien escogidas, Arturo Azuela describe escrupulosamente lo cotidiano de esos habitantes de Rosedal que vieron  su vida, de un día para otro, trastornado por la modernización acelerada de su comarca para su bienestar como lo pensaban los creadores de la urbanización. Constatamos que este cambio no encuentra el asentimiento del pueblo porque la nostalgia de su antigua aldea esta siempre en su mente, con lo desagradable que conocen.

De pronto, el ruido de un avión supersónico se desparrama por las nubes y baja con precipitación por los azoteas, los ventanales y parece cimbrar todavía más las puntas de los árboles. Unos y otros, de todas edades y tamaños, miran hacia el cielo el recorrido del avión que quiebra todos los ecos, horada los tímpanos y por fin se pierde más allá de unos edificios elevados y se dirige al aeropuerto. Después de unos momentos, todo vuelve a la tranquilidad, las viejas se sientan en las bancas como esculturas puestas en la nostalgia y los chiquillos saltan por el césped o regresan a los columpios y a las resbaladillas.[22]



            Los aviones no son los únicos responsables de la polución sonora, hay también los automóviles, cada de vez mas numerosas en las autopistas de muchas vías que atraviesan y rellenan las ciudades. Traen también consigo, otra forma de polución más grave, de género olfativo que atacan los pulmones cuando llega a niveles máximos de la contaminación atmosférica. Se trata de una contaminación muy seria por ozono que producen los viejos coches por sus escapes en los tráficos durante los embotellados en periódo de calentura en las megaciudades del mundo. En ciertos países la administración ha impuesto una circulación disociada de los coches para preservar la salud de la población :

Parecía que el recorrido del sol le importaba un bledo y que los revolcones del polvo los sentía como disparos a quemarropa. Seguramente tampoco le importaban los automóviles en la avenida o en las cuatro pistas del puente, ahí donde alguna vez estuvieron las primeras huellas de la llanura. Así se le iban metiendo todos  los olores, las luces biliosas, las culebras sueltas y la tribu de los enfermos, que le tenía ojeriza.[23]



            Dentro de las poluciones que molestan de sólito la gente se nota también en la narrativa, la que se presenta bajo una forma insidiosa, desagradable, peligrosa y que ensucia todo sin excepción en su pasaje y provoca al mismo tiempo infecciones pulmonares graves. Arturo Azuela lo pone de realce en su ficción narrativa para suscitar una toma de conciencia en los lectores. Se trata del “polvo” que penetra sin permiso en las casas, se incrusta en los vestidos y daña los pulmones los pulmones de la población. El narrador lo describe de la manera siguiente :

Todavía el canto de un gallo despotrica a la distancia, como gritándole al polvo que mancha los ventanales y las carrocerías. Después sigue con el paso firme, varias veces se encoge de hombros enhebra para sus adentros una blasfemia tras otra. Al tirar el cigarrillo a un bache apresura la marcha, aunque sigue con la acidez que se le endilga en el pecho y le aprisiona el vientre. No presta atención a los rayos achacosos que bordean su sombra, ni mucho menos a los cables que manosean el aire.[24]



            La personificación de este “Gallo despotrica” en el relato muestra en toda evidencia que el narrador impersonal aquí quiere demostrar que el hombre es responsable de la molestia endémica que conoce la humanidad por causa de sus actividades agrícolas, pastorales y con la deforestación que provoca el empobrecimiento de la tierra, fragilizándola y volviéndola volátil por la desgracia de los que viven en las regiones subtropicales, que sea en América del sur o en África central. El polvo no respeta nada, va invadiendo el cuadro de viva de los hombres sin permiso y hasta se convierte en un problema de salud pública que se debe arreglar absolutamente por el bienestar de las generaciones futuras. Los especialistas que se han interesado a esta problemática afirman eso :

La deforestación es también un factor coadyuvante del cambio climático. Los suelos de los bosques son húmedos, pero sin la protección de la cubierta arbórea, se secan rápidamente. Los árboles también ayudan a perpetuar el ciclo hidrológico devolviendo el vapor de agua a la atmósfera. Sin árboles que desempeñan ese papel, muchas selvas y bosques pueden convertirse rápidamente en áridos desiertos de tierra estéril.[25]



            El desarrollo de las ciudades no es sin traer consigo diversos problemas técnicos y previsibles que de vez en cuando pueden perjudicar a la salud de los habitantes. Los responsables de la concepción y construcción de las ciudades deben pensar seriamente al problema de urbanización, de adjunción de agua y tratamiento de agua sucia, recoger y destruir los deshechos o basuras que produce la ciudad. En los suburbios generalmente sobreviven los pobres y marginales que viven en las chabolas a proximidad de las basuras que causan genes olfativos. En su creación novelesca, Arturo Azuela toma hecho y causa por esos asociales que subsisten en las periferias de las grandes ciudades :

Cuando deja los lavaderos a su espalda y tuerce a su izquierda se detiene en el lugar que durante largos años fue el asiento de la tribu de los enfermos. Todas las inmundicias imaginables, trozos de cartón, botellas vacías, gargajos entre los recortes de los papeles, orines resecos y desperdicios en completa putrefacción, se han quedado a solas, a lo largo de un corto pasillo entre dos barracas. Al detenerse, le tiembla todavía más el bastón a  la vieja Josefina, se le sacude el olfato y piensa en las palabras del sotanudo, de aquel de cuando todavía no pasaba por aquí la carretera, en la contaminación de todos los pecados, en los aborrecedores de la veracidad de los cielos y el sufrimiento a voces destempladas.[26]



            A través de su ficción narrativa Arturo Azuela quiere trasmitir un mensaje importantísimo de advertencia al lector, ya que constató que el acto negativo del hombre sobre la naturaleza es sin límite e irresponsable. Hasta el agua que es una bebida indispensable por la supervivencia de la humanidad, se encuentra impactado muy a menudo accidentalmente o no, por la acción del hombre con los deshechos de los complejos industriales de jabón, cerveza o las fábricas de productos químicos y además por las aguas no tratadas de las alcantarillas vectores de virus y enfermedades bacteriológicas. Es matar a la gallina con los huevos de oro. José Salomé, el protagonista nos describe el espectáculo repugnante que se ofrece a sus ojos :

…José Augusto caminó con lentitud hacia la plazoleta y después se acercó a  las barracas del oriente. Parecía una tarde como tantas otras, sin vientos arriba y con mucha holganza por todos los rincones. Más allá de un promontorio alcanzó a ver cómo las aguas del río se habían hecho raquíticas, hilos negros y malolientes.[27]



            Nos acordamos que la problemática del agua potable forma parte de las preocupaciones de las naciones unidas. Los estados miembros han reflexionado largamente sobre este asunto para el bienestar de las poblaciones de los países subdesarrollados como los habitantes de Rosedal en la novela que no tienen acceso a una agua filtrado. En estos países el agua se convierte en su peor enemigo. Es fuente de enfermedades que provocan epidemia como el paludismo, el dengue o chikungunya trasmitidas por los mosticos que aumentan la tasa de mortalidad en esos países. Además, las aguas contaminadas propagan toda forma de epidemia ligada al agua como la diarrea, las amebas… Por causa de todo esto las Naciones unidas han definido el derecho del agua :



Aunque el derecho al agua no está reconocido expresamente como un derecho humano independiente en los tratados internacionales, las normas internacionales de derechos humanos comprenden obligaciones específicas en relación con el acceso a agua potable. Esas obligaciones exigen a los Estados que garanticen a todas las personas el acceso a una cantidad suficiente de agua potable para el uso personal y doméstico, que comprende el consumo, el saneamiento, el lavado de ropa, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica. También les exigen que aseguren progresivamente el acceso a servicios de saneamiento adecuados, como elemento fundamental de la dignidad humana y la vida privada, pero también que protejan la calidad de los suministros y los recursos de agua potable.[28]



            En el caso preciso de los habitantes de la novela, aprovechar agua potable se vuelve un lujo por causas de las basuras producidas por los ciudadanos mismos y dentro de estos desechos, notamos la presencia de una materia que no es biodegradable. Se trata del plástico inventado por el hombre para reemplazar el látex sacado del árbol llamado también “goma natural”. Al contrario del plástico, el látex se degrada y desaparece de manera natural en el ambiente. Y el plástico al contrario no se descompone y puede quedar mil años en la tierra, contaminando la biodiversidad terrestre y acuática :



“ Advertido el Hombre sobre el problema, luchó hasta lograr un control aceptable del mismo.  Sin embargo, al concentrarse más población en un lugar determinado, los excrementos que se vacían diariamente a los ríos sobrepasan la capacidad de autolimpiado del mismo. Si no se instala una planta de tratamiento de aguas residuales, éstas van a parar a un lago o al mar; allí los peces aprovechan de ingerir cuantiosa cantidad de los desechos y, luego los pescadores de la zona se encargan de llevar su producto río arriba, donde está concentrada la población.”[29]



            No podemos más que expresar piedad por esos personajes que sufren de la conjunción de estas diferentes formas de poluciones, porque no tienen su destino en su mano y no pueden reaccionar para cambiar el curso de las cosas. De veras entienden bien lo que padecen en este medio insalubre, lleno de bacterias y de enfermedades que no pueden conducir al hombre más que al camposanto. El personaje de Leonor simboliza la resignación de la minoría viviendo en las chabolas, y que es impotente delante el poder publico todopoderoso :

Leonor dejo pasar con lentitud el ultimo trago de café y fue despertando a unos y a otros. Poco a poco los malos olores se alborotaron y los bostezos fueron creciendo por todos los rincones de la choza […] De vez en vez, el ruido de los camiones que se detenían en la gasolinera llegaba hasta los reclinatorios de la Iglesia y las cicatrices del olmo.

Mientras barría el suelo quebrado de la choza,  Leonor pensaba  en esas extrañas pestilencias que llegaban al Rosedal y cegaban tantas vidas, haciendo que el camposanto creciese más que el caserío…[30]



Conclusión

            A final de nuestra investigación podemos notar que detrás estas historias apasionantes en el cuadro bucólico de Rosedal, descritas por el narrador, se destaca un gravísimo problema existencial, el del campo devorado por la desmesura o el desarrollo exponencial  de las ciudades con una demografía galopante, el problema de los gases invernaderos y el de la deforestación  de las selvas, responsable de la destrucción de la biodiversidad, de los ecosistemas con la desaparición de los microorganismos, de la fauna y de la flora. El hombre debe empeñarse a luchar contra las diferentes formas de poluciones que, el mismo produce, sobre todo los desechos plásticos[31] de origen químico que perjudican el entorno. El desarrollo sostenible puede ser la única vía para salvar la planeta Tierra.

Mots clefs



Ecología _ Biodiversidad _ Isabel Allende _ Arturo Azuela _ Deforestación





Bibliografía



[1] Alejo Carpentier : Escritor cubano, Premio Cervantes, El reino de este mundo ( 1949)

2 Andrew Bovarnick : La importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas para el                                     crecimiento económico y la equidad en América latina y el Caribe 

                                                    PNUD 2010

3 Arturo Azuela : Un tal José Salomé

                             Joaquín MORTIZ, México, Méjico, P.32 – 34, 222p.

4Badii, M. H., C. E. Rodriguez y varios : Pérdida de Biodiversidad: Causas y Efectos                                                                 Biodiversity los: Causes and Faxtors

Daena: international Journal of Good Conscience 10 (2) 156-174. Agosto 2015 ISSN 1870 – 557X

5 Gabriel García Márquez : Escritor colombiano, Premio Nobel de literatura (1982),                                                   Cien   años   de soledad (1982)

6 Isabel Allende : La ciudad de las Bestias

                                    Novoprint S.A., Barcelona, España, 2002, 287p.

7 Isabel Allende : El bosque de los pigmeos

                              Novoprint S.A., Barcelona, España, 2004, p. 109/110, 295p.

8 José Eustasio Rivera : Escritor colombiano, La vorágine (1924).

9 Miguel Ángel Asturias : Escritor guatemalteco, Premio Nobel de literatura 1967, Hombres de maíz (1949)

10 Morillas Enriqueta : Lo fantástico, lo simbólico y lo maravillosos en la narrativa                                                      hispanoamericana contemporánea in Narrativa hispanoamericana 1964-1994 de Paco Tovar                                         Asociación Española de Estudios Hispanoamericanos                                                                        Ediciones de la Universidad de Lleida, España, 1996, 494 p.

11 Organización de la salud : El derecho al agua

                                                 Printed en Genova, Suisse,2011 p.3, 64p.

12 Rafael Salgado Garciglia : Deforestación

                                       Saber más Año 3/Marzo – Abril 2014/ N°14

13 www.scenichudson.org : Sh_climate_change_esp.pdf p.5, 12P. pdf

14 www.iberdrola.com : Informe de gases de efecto invernadero 2017.pdf

15 www.ecolatno.ch : Ante la contaminación sonora “el silencio es salud”, pdf







[1] www.scenichudson.org : Sh_climate_change_esp.pdf p.5, 12P.
[2] www.iberdrola.com : Informe de gases de efecto invernadero 2017.pdf
[3] José Eustasio Rivera : Escritor colombiano, La vorágine (1924).
[4] Gabriel García Márquez : Escritor colombiano, Premio Nobel de literatura (1982), Cien años de soledad (1982)
[5] Alejo Carpentier : Escritor cubano, Premio Cervantes, El reino de este mundo ( 1949)
[6] Miguel Angel Asturias : Escritor guatemalteco, Premio Nobel de literatura 1967, Hombres de maiz (1949)
[7] Rafael Salgado Garciglia : Deforestación
                                                  Saber más Año 3/Marzo – Abril 2014/ N°14
[8] Arturo Azuela : Un tal José Salomé
                               Joaquín MORTIZ, México, Méjico, P.32 – 34, 222p.
[9] Arturo Azuela : O.C. p. 72/73
[10] Andrew Bovarnick : La importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas para el crecimiento económico y
                                         la equidad en América latina y el Caribe 
                                        PNUD 2010
[11] Arturo Azuela : O. C. p. 112
[12] Isabel ALLENDE : La ciudad de las bestias
                                   De Bolsillo, Barcelona, España, p. 43, 295 p.
[13] Arturo Azuela : O. C. p. 113/114
[14]Andrew Bovarnick : O. C. p.6
[15] Arturo Azuela : O. C. p. 34/35
[16] Arturo Azuela : O. C. 116
[17] Morillas Enriqueta : Lo fantástico, lo simbólico y lo maravillosos en la narrativa hispanoamericana                                                 contemporánea in Narrativa hispanoamericana 1964-1994 de Paco Tovar                                                  Asociación Española de Estudios Hispanoamericanos                                                                                                  Ediciones de la Universidad de Lleida, España, 1996, 494 p.
[18] Isabel Allende : La ciudad de las Bestias
                                  Novoprint S.A., Barcelona, España, 2002, 287p.
[19] Isabel Allende : El bosque de los pigmeos
                                 Novoprint S.A., Barcelona, España, 2004, p. 109/110
[20] Badii, M. H., C. E. Rodríguez y varios : Pérdida de Biodiversidad: Causas y Efectos Biodiversity los: Causes and
                                                                             Faxtors
                            Daena: international Journal of Good Conscience 10 (2) 156-174. Agosto 2015 ISSN 1870 – 557X
[21] www.ecolatno.ch : Ante la contaminación sonora “el silencio es salud”
[22] Arturo Azuela : O. C. p. 161
[23] Arturo Azuela : O. C. p.140
[24] Arturo Azuela : O. C. p.128
[25] Rafael Salgado Garcigla :  Deforestación,                                                                                                                                                                 Saber más, año 3 /Marzo – Abril 2014/ n°14                              
[26] Arturo Azuela : O. C. p.170
[27] Arturo Azuela : O. C. p. 195
[28] Organización de la salud : El derecho al agua
                                                    Printed en Genova, Suisse,2011 p.3, 64p.
[29] Gilberto A. Perdomo M. : Plástico y medio ambiente
                               Revista Iberoamericano, Polomeros, Universidad de los Andes, Venezuela, AbrIl 2002, 13P.
[30] Arturo Azuela : O. C. p. 180/181
[31] Dra Guadalupe Espín : Plásticos y contaminación ambiental
                                            México, 2007, Academia de ciencias de Morelos, A.C.(publicación)

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