UNIVERSIDAD DE BANGUI
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REPÚBLICA CENTROAFRICANA
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FACULTAD DE LETRAS Y
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Unidad - Dignidad - Labor
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CIENCIAS HUMANAS
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DEPARTAMENTO
DE
ESPAÑOL
N°
05
.
El combate de Isabel Allende, Arturo Azuela
y varios por la ecología en la novela hispanoamericana contemporánea
Dr PANGUERE Jean Michel
Boletín informativo de la sección
hispánica
el combate de Isabel Allende, Arturo Azuela y varios contra la deforestación,
el calentamiento global y la protección
de la biodiversidad en la novela hispanoamericana Contemporánea
Dr. PANGUERE JEAN - Michel
Universidad de
BANGUI - RCA
I
– INTRODUCCIÓN
Mientras
que las autoridades políticas, científicas y las sociedades civiles de nuestro planeta se emplean a descubrir
soluciones al problema gravísimo del calentamiento de la tierra, ciertos
novelistas iberoamericanos, concientizados y avizados habían lanzado ya un
alarido desesperado para suscitar una real toma de conciencia en sus lectores, a
propósito de las causas del calentamiento global[1] y habían propuesto algunas
pistas de soluciones duraderas para salvar nuestro planeta. Generalmente un
tema como el que toca a la ecología, se encuentra tratado en publicaciones o
revistas especializadas, destinadas a una categoría particular de lectores que pertenecen por la mayor parte
al medio cientifico. A parte los gases de efecto invernadero[2] que constituyen un
verdadero peligro por el planeta, autores como el mexicano Arturo azuela y la
chilena como Isabel Allende han denunciado ambos la deforestación salvaje de
las selvas por grandes empresas multinacionales de explotación de madera en los
continentes americano y africano.
La
meta de este trabajo de investigación, es presentar cómo esos autores que
provienen de toda evidencia de paises diferentes, van a incorporar esa
problemática crucial, en su narración, sin olvidar de sensiblizar al mismo
tiempo a millones de lectores a través el mundo. Ambos han escogido poner los
protagonistas de sus novelas en selvas que van a ser devastadas por la acción voluntaria
del Hombre . Después veremos como los personajes van a presenciar a la
destrucción de su entorno, a la de la biodiversidad, la del ecosistema y a la
fauna. Desembocaremos por fin en una de las consecuencias desastrosas de la
deforestación que es la inevitable polución que puede presentarse bajo numerosas
formas : olfativa con las basuras, auditiva con el ruido de los coches y
aviones supersónicos, sin olvidar el polvo que surge cuando la tierra se vuelve
seca por causa de esa deforestación evidentemente y de los inumerables automoviles.
I – DEFORESTACIÓN
A principios del siglo XX, se podía notar el gran
interés que los autores latinoamericanos manifestaban por
la selva en las novelas que publicaban. Un autor colombiano como José Eustasio
Rivera[3],
exaltó la naturaleza exuberante de América latina en la que planteaba su
narración. Es seguido en eso por el premio nobel de literatura Gabriel García Márquez[4],
Alejo Carpentier[5],
Miguel Angel Asturias[6]
y varios más. Algunos años más tarde una generación de novelistas mucho más
comprometida va a surgir, poniendo de realce en su obra el cambio que iba
interveniendo en sus selvas idealizadas y en el clima. La problemática
principal que quiere compartir con los lectores es el respecto de la ecología o
cómo proteger nuestro planeta frente a los nuevos y diferentes problemas que
encuentra como el de la deforestación:
La deforestación es la destrucción a gran escala de
los bosques por la acción humana. Millones de hectareas se degradan o destruyen
anualmente. Estas son taladas o quemadas, aproximadamente al equivalente a la
superficie de un campo de fútbol cada dos segundos. La deforestación avanza a
un ritmo de 17 millones de hectáreas al año. Es equivalente a una superficie
que supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte juntas. Estamos
perdiendo lo más frondosos bosques tropicales.
Los motivos de la tala indiscriminada son muchos,
pero la mayoría están relacionados con el dinero o la necesidad de los
comuneros de mantener a sus familias.
Inductor subyacente de la deforestación es la agricultura, los agricultores
talan los bosques con el fin de obtener más espacio para sus cultivos o para el
pastoreo de ganado.[7]
En una ficción narrativa de
Arturo Azuela asistimos a un apasionante combate entre un talador y un árbol.
Descubrimos una descripción minuciosa del sufrimiento del hombre en plena
faena y los detalles microscópicos de la textura del árbol, a diferentes etapas
del corte. A través de este personaje específico, tenemos un ejemplo tipo de la
jornada de un hombre que contribuye significamente a la destrucción de la selva
de Amazonía, favoreciendo el aumento de gases de efecto invernadero,
responsables del calentamiento global.
A cada golpe de hacha José Salomé frunce el ceño,
chupa el sudor de los labios y entrecierra los ojos. Sus ímagenes se van más allá
de la horadación en el tronco del pino, se atteran con los ecos de cada crujido
en el árbol en agonía. […]Aprieta el mango con ambas manos y vuelve a golpear
la corteza exterior abriendo en triángulo un hueco astillado y haciendo saltar
saltar un pequeno tapiz de musgo.[…] Las
palabras tropiezan con el ruido en aumento que sale del tronco: montones de
crujidos, rechinar de ramas temblequeantes, columna negra y maciza de la que
saldrán postes, tablas , vigas y tablones. Por fin con todo su peso, el pino se
separa del corte, de sus raices como anclas metidas varios metros bajo suelo…[8]
Muy
a menudo, en los países subdesarrollados de África, la mayoría parte de la
población, además de la explotación industrial de los árboles y la fabricación
de madera y muebles indispensables para el confort del hombre, los taladores
transforman los árboles en carbón doméstica que las mujeres compran para
cocinar, ya que la pobreza hace que la gente que no tiene dinero para comprar
estufa de gaz, contribue también, por ignorancía al calentamiento global. Miles
pequeños sacos son preparados por manos rugosas y hábiles otorgados a los
clientes en carretas, motos o miserables camionetas sucias. En la novela de
Arturo Azuela, un narrador omniciente nos relata una rebanada de vida de un
talador y el nacimiento de su pasión por el corte de los árboles desde su
juventud. Aprende su oficio de manera empírica.
No recuerdo la edad que tenía cuando nos empezó a
accompañar a la tala y allí por detrás brincando de piedra en piedra y sólo
parecía que se le retorcían los gestos cuando veía caer los árboles. Pero les
empezó a tomar gusto, a sonreir con nuetros alaridos y a tirarse de panza
cuando escuchaba el ruido de la sierra en los bordes del tronco. No había duda,
también iba a seguir nuestro camino: coserse la boca con tantas pestilencias.[9]
Los
habitantes de Rosedal compuestos en mayoría de taladores no se
preocupaban de la deforestación que ocasionaban a la selva donde vivían desde
largo tiempo. Es una pequeña aldea
aislada que faltaba de todo, no hay administración, ni hospital, ningunas
almacenes o escuela para la instrucción de los niños y los taladores y los
taladores que son trabajadores manuales no tienen tiempo para informarse sobre
la importancia de la biodiversidad y las consecuencias de la deforestación.
Ignoraban todo de la repoblación forestal. Es meramente un campamento rústico
perdido en la selva de Amazonía.
Los producción de madera y de productos forestales
no madereros ( PFNM), tanto en bosques naturales como en plantaciones depende de
factores como la fertilidad de la tierra, la humedad del suelo, el microclima,
la fotosíntesis y el crecimiento mediante el aprovechamiento de CO2 y la
liberación de O2, la biodiversidad y la reserva genética, la polinización y
distribución de semillas, la estabilización del terreno y los ciclos hídricos
del bosque…[10]
En esta
ficción narrativa de Arturo Azuela no se puede condenar al personaje de José
Salomé, ya que la única profesión que ejerció durante toda su miserable vida es
la de talador, de tal manera que entre el protagonista y los árboles se
entablaron relaciones particulares. Sabía cuidar su cuerpo en general y sus
manos en particular, y por eso las podemos considerar como su herramienta de
trabajo. Personifica los árboles o la madera, de tal manera que emplea vocablos
como “ pulso”, “acariciar”, o “gemir” que son generalmente utilizados para los
seres humanos, para objetos inanimados. nos atreveríamos hasta a decir que se
estableció un lazo fusional entre el personaje y los árboles de su bosque.
Estas manos, estos nudillos, estos codos avejentados
supieron manejar el hacha con mucho conocimiento. Sabían medir el pulso de los
troncos, sus escalofríos y hasta sus gestos repelentes. A veces, de tanta
faena, se nos escurría un poco de sangre por las palmas de las manos de las
manos. Pero había que dejarlas descansar, cuidarlas muy bien para que no se
olvidasen de como se acaricia la madera dura, eso que fue nuestro sustento, el
saber hacer cuñas vacías y tirar los árboles para dejarlos con sus últimos
gemidos en cualquier opacidad del bosque.[11]
Paradoxalmente,
el desarrollo y la urbanización puede conducir insidiosamente a la
deforestación. Por causa de la libre circulación de los hombres y de las mercancías,
la concepción y la realización de redes ferrocarriles y autopistas bien
entretenidos se vuelven una prioridad y necesidad. A veces, por consideraciones
topográficas y eficiencias, estas vías deben atravesar regiones protegidas como
las selvas, provocando entonces una deforestación a lo largo de varios
kilómetros, destrozando el ecosistema, la biodiversidad y propagando una polución ambiental con el polvo
y la contaminación al ozono que generan las inmensas excavadoras y camiones de
trabajos públicos.
…“El río Amazonas es el más ancho y largo de
la tierras, cinco veces más que ningún otro. Sólo los astronautas en viaje a la
luna han podido verlo entero desde la distancia”, leyó Alex en la guía
turística que le había comprado su abuela en Río de Janeiro. No decía que esa
inmensa región, último paraíso del planeta, era destruida sistemáticamente por
la codicia de empresarios y aventureros, como había aprendido él en la
escuela. Estaban construyendo una
carretera, un tajo abierto en plena selva por donde llegaban en masa los
colonos y salían por toneladas las maderas y los minerales.”[12]
Arturo Azuela, al contrario de Isabel Allende, hace
una descripción tremenda de la deforestación de Rosedal. La presenta como una
invasión súbita y brutal de esta mítica selva con diferentes máquinas desconocidas
por los nativos, y que tienen funciones particulares. Con minucia, enumera y
describe esas numerosas máquinas monstruosas, poderosas y ruidosas que llegan
para destrozar el ecosistema y la biodiversidad de la región. De esta
descripción se desprende la impresión de la dominación de las máquinas sobre la
naturaleza. Esa futura vía que los trabajos públicos tienen que realizar va a
ser fuente de riqueza por el país según los políticos : al detrimento de la
ecología :
Un día de verano, los trípodes y los teodolitos
empezaron a escudriñar, a caminar a uno y a otro lado del futuro derecho de vía.
[…]Pasaron por el Rosedal y siguieron hacia el oriente, paralelos al río hasta
perderse por su torcedura. Echaban de vez en vez algún silbido, levantaban las
manos o el saracof, apuntaban en pequeñas libretas y volvían a mover sus
instrumentos.[…] Varios meses después, desde el volador arrancó la marcha de
las máquinas y de los trabajadores. iban acampando de trecho en trecho,
sacudiéndose el sudor durante la noche para volver a trabajar al día siguiente.
Con pachorra o precipitación, la excavadora, el bulldozer o la grúa cumplían
sus objetivos, alterando el color del aire y sin dejar huella del antiguo
camino ancho [13]
Durante
muchas páginas, el lector sigue leyendo aterrado y impotente, a la destrucción
programada de una parte del parte del pulmón de la humanidad. El narrador
describe los diferentes tipos de máquinas en acción, y las sucesivas pañales de grava fina, de
alquitrán, hasta llegar al asfalto caliente, signo de obras principales
realizadas fuente perdida parcial de la biosfera ecológica.
En
esta segunda parte de nuestro trabajo de investigación sobre las novelas
hispanoamericanas contemporáneas, no podemos más que constatar que los
novelistas se han abundantemente documentado sobre la agitación climática en
sus países en particular y en el mundo en general. Tienen datos fiables y
suficientes de informes sobre este cambio significativo que está cumpliendo en
nuestro planeta. Eso es porque que unánimemente señalan con el dedo al Hombre
como el principal culpable de lo que sucede en nuestro entorno. Primero, con
sus decisiones desgraciadas, el hombre no protege la biodiversidad que se
define de la manera siguiente por los especialistas :
Por biodiversidad o diversidad biológica, se
entiende la variabilidad entre los organismos vivos de cualquier fuente,
incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros
ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman partes;
comprende la diversidad dentro de cada especie, entre los especies y de los
ecosistemas.[14]
Los
gases de efecto invernadero, los niveles máximos de la contaminación
atmosférica o los ecosistemas no constituyen la mayor preocupación de los
obreros que trabajan bajo el mando de José Salomé. Cuando éste les da la orden
de hacer otra vez su faena de corte o deforestación cotidiana, la van a cumplir
sin sentimiento y sobre todo sin pensar en las consecuencias de sus actos. Estos
pobres diablos deben trabajar para cobrar del mes el dinero necesario para
ocuparse de sus familias que viven en las chabolas que se encuentran en los
suburbios de las ciudades.
…José Salomé, echando un grito atiplado, quiere
rematar la faena. Con estrépito demoledor llega al terreno silvestre, a
deshacer galerías de gusanos, cigarras y ciempiés, a marañas de hongos y a otros
minúsculos seres rapaces. Después de unos cuantos saltos, como últimos latidos,
queda de largo a largo sobre la tierra, mientras los dos taladores beben un
poco de aire y sonríen de satisfacción.
– Si aquí
estuviera Leodegario – dice José Salomé -, nos daría mas ánimos para cortar el
siguiente. Siento como si tuviera sus manos y sus brazos de fiar… [15]
Muchos años más tarde, José Salomé madurando, va a
enterarse del cambio perceptible en su medio ambiente donde vive con su novia,
gozando de la naturaleza exuberante y
protectora. Se enfurece contra las descargas salvajes de las fábricas que contaminan
las aguas en las que viven peces, zancudos y varios microorganismos,
trastornando los ecosistemas terrestres e hídrico.
Varios años había vivido en la costa caliente, sin
dar tregua a sus vehemencias, aferrado a las raíces de la lasciva, a reconocer
los musgos y los hongos, a endurecer la piel con otra piel, a resbalar el agua
entre caricias y a sentir los rayos del sol entre los muslos de Genoveva. Y un
día, sin saber cómo, le quisieron llenar de costras la imaginación. Atravesó la
cordillera y, al ahuyentar a los zancudos, se le encendían las cóleras y prodigaba
un olor de agua pestilente. Por añadidura, cuando cerraba la noche los odios se
le incubaban con intensidad y, al rayar el amanecer, como si encendiera la luz
de un soplo, empezaba a recorrer muchas leguas.[16]
Siempre en el marco de la biodiversidad, tenemos una
descripción deslumbrante por parte de Isabel Allende en una de sus ficciones narrativas,
nos creemos dentro de un paraíso terrenal aunque las escenas descritas se
encuentran en alguna parte de la selva ecuatorial de África central. Vuelta por
torno, vemos pasar majestuosa una enorme tortuga, un jabalí trayendo turbios en
el campo de los personajes o un cocodrilo cazando en la selva, lejos de su
medio acuático natural. El lector descubre entonces la riqueza de la fauna
africana con estas bestias reptando, nadando o saltando en las ramas de los
arboles o volando graciosamente. Devorando la novela, el lector aprende
informes inéditas que no tienen nada que ver con los clichés generalmente
extendido tal o cual especie animal. Y como estamos en una ficción narrativa,
el autor aprovecha de la utilización del realismo mágico[17] para crear un mundo extravagante :
Había una algarabía de aves en el aire y una fiesta
de diversos peces en el agua ; vieron hipopótamos, tal vez la misma familia que
habían encontrado en la orilla durante la primera noche, y cocodrilos de dos
clases, unos grises y otros más pequeños color café. […] Los bantúes quisieron
lacear a uno de los más grandes, cuya piel podían vender a buen precio, pero
Angie se puso histérica y los demás tampoco […] Una especie de culebra oscura
paso rozando una de las canoas y de repente se infló, transformándose en un
pájaro con alas de rayas blancas y cola negra, que se elevó […]más tarde una
gran sombra voló sobre sus cabezas y Nadia dio un grito de reconocimiento: era
un águila coronada…[18]
En
esta sociedad primitiva donde Isabel Allende ha escogido poner su ficción
narrativa, la biodiversidad era respetada en la sociedad pigmea, cogían
únicamente en la naturaleza lo que los habitantes necesitaban. Organizan caza
para la alimentación de sus familias. A partir des siglo XX, elementos
exógenos, como la economía y la explotación de los árboles, van a traer cambios
en su modo de existencia. El estado y las grandes sociedades multinacionales
madereras van a explotar los arboles a largas escalas para abastecer la
economía del país, provocando la deforestación. Los cazadores furtivos van a
matar ciertas especies de bestias protegidas para vender su marfil, sus pieles
o sus plumajes a nivel internacional, ocasionando al mismo tiempo una
catástrofe en la fauna. Lo triste es que no matan estos animales en peligro de
extinción para comer sino para enriquecerse fraudulentamente. Esto es también
lo que denuncia la escritora chilena en sus obras novelescas.
Las pigmeas explicaron que habían sido separadas de
sus compañeros, a las cuales Kosongo obligaba a cazar elefantes, no por la
carne, sino por los colmillos, que vendía a contrabandistas. El rey tenía otro
clan de esclavos que explotaba una mina de diamantes algo más al norte. Así había hecho su fortuna. La
recompensa de los cazadores eran cigarrillos, algo de comida y el derecho a ver
sus familias por un rato. Cuando el marfil o los diamantes no eran suficientes,
intervenía el comandante Mbembelé.[19]
No
podemos limitarnos mas que a los cazadores furtivos o a los contrabandistas
señalados por la narradora comprometida para hacernos una idea sobre los danos
y perjuicios que el hombre acomete sobre la biodiversidad en general y sobre la
fauna y la flora en particular. Es necesario tener en cuenta las revelaciones
de autores científicos que se interesan à las “Causas y efectos de conservación vs destrucción de la Biodiversidad.” :
Probablemente ninguna especie ha tenido el impacto
que el ser humano ha logrado sobre la Tierra, y esto se debe principalmente a
que ninguna ha alcanzado el nivel de crecimiento poblacional que el ser humano,
al crecer de manera geométrica o exponencial provoca que la utilización de
recursos naturales también aumenta. Este es un impacto avasallante sobre la
biodiversidad, la cual se ve amenazada por varios procesos, la mayoría
antropogénicos, que transforman el entorno en el que vivimos; entre ellos se
pueden citar los siguientes:[20]
III – LA Polución
Entre
las diferentes contaminaciones que pueden ser las consecuencias visibles de la
deforestación y la destrucción de la biodiversidad y del ecosistema, hemos
notado algunas que son recurrentes en las novelas latinoamericanas. Hemos
escogido de presentar las que los novelistas denuncian. Hay primero la
contaminación sonora que va invadiendo las grandes capitales de los países
desarrollados del mundo y las selvas también cuando por causa de crecimiento
demográfico, el hombre decide la extensión de sus ciudades, construir nuevos
aeropuertos o realizar nuevas carreteras o autopistas que van a atravesar zonas
antiguamente pacíficas. Se vuelven abogados de una categoría social de gente
sufren el mártir, al vivir cerca de los
aeropuertos internacionales. Dejemos los especialistas hablar del sufrimiento
de los habitantes:
La contaminación sonora es producto del conjunto de
sonidos ambientales nocivos que recibe el oído. El ruido como parte de la
contaminación ambiental, afecta seriamente a la capacidad auditiva provocando
el envejecimiento prematuro del oído, sordera y daños irreversibles en el
sistema auditivo. A la vez provoca otros trastornos en el organismo.
Los efectos nocivos del ruido sobre la salud van
desde las alteraciones cardiovasculares, falta de concentración, aumento de
estrés, síndromes de depresión y del sueño hasta la disminución de la calidad
de vida.[21]
Con
palabras sencillas y bien escogidas, Arturo Azuela describe escrupulosamente lo
cotidiano de esos habitantes de Rosedal que vieron su vida, de un día para otro, trastornado por
la modernización acelerada de su comarca para su bienestar como lo pensaban los
creadores de la urbanización. Constatamos que este cambio no encuentra el
asentimiento del pueblo porque la nostalgia de su antigua aldea esta siempre en
su mente, con lo desagradable que conocen.
De pronto, el ruido de un avión supersónico se
desparrama por las nubes y baja con precipitación por los azoteas, los
ventanales y parece cimbrar todavía más las puntas de los árboles. Unos y
otros, de todas edades y tamaños, miran hacia el cielo el recorrido del avión
que quiebra todos los ecos, horada los tímpanos y por fin se pierde más allá de
unos edificios elevados y se dirige al aeropuerto. Después de unos momentos,
todo vuelve a la tranquilidad, las viejas se sientan en las bancas como
esculturas puestas en la nostalgia y los chiquillos saltan por el césped o
regresan a los columpios y a las resbaladillas.[22]
Los
aviones no son los únicos responsables de la polución sonora, hay también los
automóviles, cada de vez mas numerosas en las autopistas de muchas vías que atraviesan
y rellenan las ciudades. Traen también consigo, otra forma de polución más
grave, de género olfativo que atacan los pulmones cuando llega a niveles
máximos de la contaminación atmosférica. Se trata de una contaminación muy
seria por ozono que producen los viejos coches por sus escapes en los tráficos
durante los embotellados en periódo de calentura en las megaciudades del mundo.
En ciertos países la administración ha impuesto una circulación disociada de
los coches para preservar la salud de la población :
Parecía que el recorrido del sol le importaba un
bledo y que los revolcones del polvo los sentía como disparos a quemarropa.
Seguramente tampoco le importaban los automóviles en la avenida o en las cuatro
pistas del puente, ahí donde alguna vez estuvieron las primeras huellas de la
llanura. Así se le iban metiendo todos los
olores, las luces biliosas, las culebras sueltas y la tribu de los enfermos,
que le tenía ojeriza.[23]
Dentro
de las poluciones que molestan de sólito la gente se nota también en la
narrativa, la que se presenta bajo una forma insidiosa, desagradable, peligrosa
y que ensucia todo sin excepción en su pasaje y provoca al mismo tiempo
infecciones pulmonares graves. Arturo Azuela lo pone de realce en su ficción
narrativa para suscitar una toma de conciencia en los lectores. Se trata del
“polvo” que penetra sin permiso en las casas, se incrusta en los vestidos y
daña los pulmones los pulmones de la población. El narrador lo describe de la
manera siguiente :
Todavía el canto de un gallo despotrica a la
distancia, como gritándole al polvo que mancha los ventanales y las
carrocerías. Después sigue con el paso firme, varias veces se encoge de hombros
enhebra para sus adentros una blasfemia tras otra. Al tirar el cigarrillo a un
bache apresura la marcha, aunque sigue con la acidez que se le endilga en el
pecho y le aprisiona el vientre. No presta atención a los rayos achacosos que
bordean su sombra, ni mucho menos a los cables que manosean el aire.[24]
La personificación
de este “Gallo despotrica” en el relato muestra en toda evidencia que el
narrador impersonal aquí quiere demostrar que el hombre es responsable de la molestia
endémica que conoce la humanidad por causa de sus actividades agrícolas,
pastorales y con la deforestación que provoca el empobrecimiento de la tierra,
fragilizándola y volviéndola volátil por la desgracia de los que viven en las
regiones subtropicales, que sea en América del sur o en África central. El
polvo no respeta nada, va invadiendo el cuadro de viva de los hombres sin
permiso y hasta se convierte en un problema de salud pública que se debe
arreglar absolutamente por el bienestar de las generaciones futuras. Los
especialistas que se han interesado a esta problemática afirman eso :
La deforestación es también un factor coadyuvante
del cambio climático. Los suelos de los bosques son húmedos, pero sin la
protección de la cubierta arbórea, se secan rápidamente. Los árboles también
ayudan a perpetuar el ciclo hidrológico devolviendo el vapor de agua a la atmósfera.
Sin árboles que desempeñan ese papel, muchas selvas y bosques pueden
convertirse rápidamente en áridos desiertos de tierra estéril.[25]
El
desarrollo de las ciudades no es sin traer consigo diversos problemas técnicos
y previsibles que de vez en cuando pueden perjudicar a la salud de los habitantes.
Los responsables de la concepción y construcción de las ciudades deben pensar
seriamente al problema de urbanización, de adjunción de agua y tratamiento de
agua sucia, recoger y destruir los deshechos o basuras que produce la ciudad.
En los suburbios generalmente sobreviven los pobres y marginales que viven en
las chabolas a proximidad de las basuras que causan genes olfativos. En su
creación novelesca, Arturo Azuela toma hecho y causa por esos asociales que
subsisten en las periferias de las grandes ciudades :
Cuando deja los lavaderos a su espalda y tuerce a su
izquierda se detiene en el lugar que durante largos años fue el asiento de la
tribu de los enfermos. Todas las inmundicias imaginables, trozos de cartón,
botellas vacías, gargajos entre los recortes de los papeles, orines resecos y
desperdicios en completa putrefacción, se han quedado a solas, a lo largo de un
corto pasillo entre dos barracas. Al detenerse, le tiembla todavía más el
bastón a la vieja Josefina, se le sacude
el olfato y piensa en las palabras del sotanudo, de aquel de cuando todavía no
pasaba por aquí la carretera, en la contaminación de todos los pecados, en los
aborrecedores de la veracidad de los cielos y el sufrimiento a voces
destempladas.[26]
A
través de su ficción narrativa Arturo Azuela quiere trasmitir un mensaje importantísimo
de advertencia al lector, ya que constató que el acto negativo del hombre sobre
la naturaleza es sin límite e irresponsable. Hasta el agua que es una bebida indispensable por
la supervivencia de la humanidad, se encuentra impactado muy a menudo
accidentalmente o no, por la acción del hombre con los deshechos de los
complejos industriales de jabón, cerveza o las fábricas de productos químicos y
además por las aguas no tratadas de las alcantarillas vectores de virus y
enfermedades bacteriológicas. Es matar a la gallina con los huevos de oro. José
Salomé, el protagonista nos describe el espectáculo repugnante que se ofrece a
sus ojos :
…José Augusto caminó con lentitud hacia la plazoleta y después se acercó
a las barracas del oriente. Parecía una
tarde como tantas otras, sin vientos arriba y con mucha holganza por todos los
rincones. Más allá de un promontorio alcanzó a ver cómo las aguas del río se
habían hecho raquíticas, hilos negros y malolientes.[27]
Nos
acordamos que la problemática del agua potable forma parte de las
preocupaciones de las naciones unidas. Los estados miembros han reflexionado
largamente sobre este asunto para el bienestar de las poblaciones de los países
subdesarrollados como los habitantes de Rosedal en la novela que no tienen
acceso a una agua filtrado. En estos países el agua se convierte en su peor
enemigo. Es fuente de enfermedades que provocan epidemia como el paludismo, el
dengue o chikungunya trasmitidas por los mosticos que aumentan la tasa de
mortalidad en esos países. Además, las aguas contaminadas propagan toda forma
de epidemia ligada al agua como la diarrea, las amebas… Por causa de todo esto
las Naciones unidas han definido el derecho del agua :
Aunque el derecho al agua no está reconocido
expresamente como un derecho humano independiente en los tratados
internacionales, las normas internacionales de derechos humanos comprenden
obligaciones específicas en relación con el acceso a agua potable. Esas
obligaciones exigen a los Estados que garanticen a todas las personas el acceso
a una cantidad suficiente de agua potable para el uso personal y doméstico, que
comprende el consumo, el saneamiento, el lavado de ropa, la preparación de
alimentos y la higiene personal y doméstica. También les exigen que aseguren
progresivamente el acceso a servicios de saneamiento adecuados, como elemento
fundamental de la dignidad humana y la vida privada, pero también que protejan
la calidad de los suministros y los recursos de agua potable.[28]
En
el caso preciso de los habitantes de la novela, aprovechar agua potable se
vuelve un lujo por causas de las basuras producidas por los ciudadanos mismos y
dentro de estos desechos, notamos la presencia de una materia que no es
biodegradable. Se trata del plástico inventado por el hombre para reemplazar el
látex sacado del árbol llamado también “goma natural”. Al contrario del
plástico, el látex se degrada y desaparece de manera natural en el ambiente. Y
el plástico al contrario no se descompone y puede quedar mil años en la tierra,
contaminando la biodiversidad terrestre y acuática :
“ Advertido el Hombre sobre el problema, luchó hasta
lograr un control aceptable del mismo.
Sin embargo, al concentrarse más población en un lugar determinado, los
excrementos que se vacían diariamente a los ríos sobrepasan la capacidad de
autolimpiado del mismo. Si no se instala una planta de tratamiento de aguas
residuales, éstas van a parar a un lago o al mar; allí los peces aprovechan de
ingerir cuantiosa cantidad de los desechos y, luego los pescadores de la zona
se encargan de llevar su producto río arriba, donde está concentrada la
población.”[29]
No
podemos más que expresar piedad por esos personajes que sufren de la conjunción
de estas diferentes formas de poluciones, porque no tienen su destino en su
mano y no pueden reaccionar para cambiar el curso de las cosas. De veras
entienden bien lo que padecen en este medio insalubre, lleno de bacterias y de enfermedades
que no pueden conducir al hombre más que al camposanto. El personaje de Leonor
simboliza la resignación de la minoría viviendo en las chabolas, y que es
impotente delante el poder publico todopoderoso :
Leonor dejo pasar con lentitud el ultimo trago de
café y fue despertando a unos y a otros. Poco a poco los malos olores se
alborotaron y los bostezos fueron creciendo por todos los rincones de la choza
[…] De vez en vez, el ruido de los camiones que se detenían en la gasolinera
llegaba hasta los reclinatorios de la Iglesia y las cicatrices del olmo.
Mientras barría el suelo quebrado de la choza, Leonor pensaba en esas extrañas pestilencias que llegaban al
Rosedal y cegaban tantas vidas, haciendo que el camposanto creciese más que el
caserío…[30]
Conclusión
A
final de nuestra investigación podemos notar que detrás estas historias
apasionantes en el cuadro bucólico de Rosedal, descritas por el narrador, se
destaca un gravísimo problema existencial, el del campo devorado por la
desmesura o el desarrollo exponencial de
las ciudades con una demografía galopante, el problema de los gases
invernaderos y el de la deforestación de
las selvas, responsable de la destrucción de la biodiversidad, de los
ecosistemas con la desaparición de los microorganismos, de la fauna y de la
flora. El hombre debe empeñarse a luchar contra las diferentes formas de
poluciones que, el mismo produce, sobre todo los desechos plásticos[31] de origen químico que
perjudican el entorno. El desarrollo sostenible puede ser la única vía para
salvar la planeta Tierra.
Mots clefs
Ecología _ Biodiversidad _ Isabel Allende _ Arturo
Azuela _ Deforestación
Bibliografía
[1] Alejo Carpentier : Escritor cubano, Premio Cervantes, El reino de este mundo ( 1949)
2 Andrew Bovarnick : La importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas para el crecimiento económico y la equidad en América latina y el
Caribe
PNUD 2010
3 Arturo Azuela : Un tal
José Salomé
Joaquín MORTIZ, México, Méjico, P.32 – 34,
222p.
4Badii, M. H., C. E.
Rodriguez y varios : Pérdida de Biodiversidad: Causas y Efectos Biodiversity los: Causes and Faxtors
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156-174. Agosto 2015 ISSN 1870 – 557X
5 Gabriel García
Márquez : Escritor colombiano,
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años
de soledad (1982)
6 Isabel Allende : La ciudad de las Bestias
Novoprint
S.A., Barcelona, España, 2002, 287p.
7 Isabel Allende : El bosque de los pigmeos
Novoprint S.A., Barcelona, España,
2004, p. 109/110, 295p.
8 José Eustasio
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9 Miguel Ángel Asturias : Escritor guatemalteco, Premio Nobel de literatura 1967, Hombres de maíz
(1949)
10 Morillas Enriqueta : Lo fantástico, lo simbólico y lo maravillosos en la
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11 Organización de la salud : El derecho al agua
Printed en Genova, Suisse,2011 p.3, 64p.
12 Rafael Salgado Garciglia : Deforestación
Saber más Año 3/Marzo – Abril 2014/ N°14
[2] www.iberdrola.com : Informe de gases de efecto invernadero 2017.pdf
[4] Gabriel García Márquez : Escritor colombiano, Premio Nobel de literatura
(1982), Cien años de soledad (1982)
[5] Alejo
Carpentier : Escritor cubano,
Premio Cervantes, El reino de este mundo
( 1949)
[6] Miguel Angel Asturias : Escritor guatemalteco, Premio Nobel de
literatura 1967, Hombres de maiz (1949)
[7] Rafael Salgado Garciglia : Deforestación
Saber más Año 3/Marzo – Abril
2014/ N°14
Joaquín MORTIZ, México, Méjico, P.32 – 34, 222p.
[9] Arturo Azuela : O.C. p. 72/73
[10] Andrew Bovarnick : La
importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas para el crecimiento
económico y
la equidad en América
latina y el Caribe
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[11] Arturo Azuela :
O. C. p. 112
[12] Isabel ALLENDE : La ciudad de las bestias
De
Bolsillo, Barcelona, España, p. 43, 295 p.
[13] Arturo Azuela : O. C. p. 113/114
[14]Andrew Bovarnick : O. C. p.6
[15] Arturo Azuela : O. C. p. 34/35
[16] Arturo Azuela : O. C. 116
[17] Morillas Enriqueta : Lo fantástico, lo simbólico y lo
maravillosos en la narrativa hispanoamericana contemporánea in
Narrativa hispanoamericana 1964-1994 de Paco
Tovar Asociación Española de Estudios
Hispanoamericanos Ediciones de la
Universidad de Lleida, España, 1996, 494 p.
Novoprint S.A.,
Barcelona, España, 2002, 287p.
Novoprint
S.A., Barcelona, España, 2004, p. 109/110
[20] Badii, M. H., C. E. Rodríguez y varios :
Pérdida de Biodiversidad: Causas y Efectos Biodiversity los: Causes and
Faxtors
Daena: international Journal of Good
Conscience 10 (2) 156-174. Agosto 2015 ISSN 1870 – 557X
[22] Arturo Azuela : O. C. p. 161
[24] Arturo Azuela : O. C. p.128
[26] Arturo Azuela : O. C. p.170
[27] Arturo Azuela : O. C. p. 195
Printed en Genova, Suisse,2011 p.3, 64p.
[29] Gilberto A. Perdomo M. : Plástico y medio ambiente
Revista
Iberoamericano, Polomeros, Universidad de los Andes, Venezuela, AbrIl 2002, 13P.
[30] Arturo Azuela : O. C. p. 180/181
[31] Dra Guadalupe Espín : Plásticos y contaminación ambiental
México, 2007, Academia de ciencias
de Morelos, A.C.(publicación)
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